MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
El piragüista español Saúl Craviotto, que junto a Cristian Toro, Marcus Cooper y Rodrigo Germade formará el K4 500 que representará a España en el Europeo de Belgrado, declaró que la nueva embarcación "impresiona mucho", pero advirtió de que en el cepo de salida "nadie pregunta tu currículo por muchas medallas que haya en el barco".
"Tengo una confianza plena en esta embarcación, y con estos compañeros, ahora hay que moldearlo. Hemos hecho lo más difícil que era acceder a la embarcación con el nivelazo que hay en España. Es cierto que la nueva embarcación impresiona mucho, pero cuando estás en el cepo de salida nadie pregunta por tu currículo por muchas medallas que haya en el barco", indicó en declaraciones facilitadas por la Real Federación Española de Piragüismo.
Craviotto, Cooper, Toro y Germade debutarán en la I Copa del Mundo 2018, que se celebrará del 18 al 20 de mayo en Szeged (Hungría) y a continuación palearán en el Campeonato de Europa, entre el 8 y 10 de junio, en Belgrado (Serbia). Los cuatro realizaron el mejor crono (1:20.75) de las cuatro combinaciones candidatas al K4 500 en el exigente proceso de selección estipulado por la Real Federación Española de Piragüismo.
El catalán explicó sus planes para poder clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio. "Ahora lo que falta es lo más fácil, trabajar y trabajar porque no conozco otra receta para el éxito que sea diferente a la del esfuerzo y el trabajo. Toca trabajar y demostrar que nos hemos ganado la plaza. Confianza absoluta y trabajar con humildad y los pies en el suelo", señaló.
El palista de la UCAM reconoció tener confianza máxima en su equipo. "Desde este momento hay que confiar en el equipo y en el entrenador, Miguel García, que es el mejor del mundo. En muchos países pagarían fortunas por tenerlo y nosotros tenemos la suerte de contar con él. Ahora a confiar en su planificación y en lo que nos pueda enseñar", añadió.
TORO: "TENEMOS GANAS DE TRABAJAR DURO PARA CONSEGUIR METAS MUY ALTAS"
Por su parte, el piragüista gallego Cristian Toro, campeón olímpico en Río de Janeiro en K2 200 y vigente subcampeón mundial en K4 500, reveló la "ilusión" que tiene ante este nuevo proyecto así como la "confianza" en sus compañeros por lo que se encuentra con "ganas de trabajar duro para conseguir metas muy altas".
En opinión del kayakista perteneciente al club Fluvial de Lugo, el proceso de selección que acabó el pasado sábado fue "muy duro, sobre todo en el aspecto psicológico", si bien admitió que "mereció la pena".
Mientras, el balear Marcus Cooper Walz, que figuró en tres de las cuatro combinaciones aspirantes, declaró que se siente "contento" de estar en el K4 y se mostró "seguro" de que esta embarcación lo hará "muy bien" en la competición internacional. "Fue una semana dura, de mucha tensión y competición", recordó.
"Tenía un gusanillo dentro de mí que me decía que lo podía conseguir aunque sabía que era bastante difícil, nos jugábamos mucho pero al final creo que todos estamos satisfechos y hemos quedado con el convencimiento de que ha sido un proceso justo", finalizó el palista del Náutico de Portopetro.
El gallego Rodrigo Germade, quinto en los Juegos Olímpicos de 2016 en K4 1.000 y subcampeón del mundo en K4 500 en 2017, expresó su satisfacción por figurar entre los seleccionados tras finalizar el proceso de selección que califica como "justo, objetivo y transparente, aunque muy duro".
Para el palista perteneciente a la UCAM las sensaciones son "aún mejores" tras conocer el estudio analítico realizado con los datos de mediciones referentes a los propios deportistas y a las condiciones del viento, cuya información trasladó a los deportistas el director técnico de la Federación Española, Ekaitz Saies, en el momento de comunicar los tiempos de las cuatro combinaciones, que no fueron públicos hasta entonces.
La criba se inició con un test en K1 200 y otro en K1 400 metros y se completó con las pruebas en K4 500 entre las combinaciones aspirantes, conformadas por siete palistas: Craviotto, Cooper, Toro, Germade, Roi Rodríguez y Carlos Arévalo y el castellano-leonés Carlos Garrote.
Los controles selectivos, celebrados en el campo de regatas de Trasona (Asturias), estuvieron marcados porque todas las pruebas se realizaran en condiciones climatológicas homogéneas, lo que obligó a la segunda de las combinaciones a repetir su regata debido a que había sido la única que paleó con viento en contra.
