Edurne Pasaban cree que no volverá al Kanchengjunga tras su "dura" experiencia

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 15:33

BILBAO, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

La montañera vasca Edurne Pasaban tiene muy reciente su "dura" experiencia en el Kanchengjunga (8.598 metros), que a punto estuvo de costarle la vida, y por ello cree que no volverá a ascender esta cumbre, la tercera más elevada del planeta, aunque ya piensa en su próximo reto, el que le llevará al Shisha Pangma el próximo mes de septiembre.

La tolosarra mantuvo hoy una charla con internautas en los encuentros digitales de RTVE, que recoge Europa Press, en los que recordó los duros momentos que afrontó en el descenso del Kanchengjunga, una experiencia que no dudó en calificarla de "dura, para olvidar" y para no repetir. "A la vez me sirvió para aprender de ella y creo que no volveré allí porque llegué a preocuparme por mi salud", aseguró.

"Lo que ocurrió es que mi cuerpo se quedó sin energías. La cabeza funcionaba bien pero mi cuerpo no respondía. Como un coche que se queda sin gasolina. La bajada se complicó por toda la acumulación de cansancio que llevábamos, por la bronquitis que estaba pasando y por eso el cuerpo se fundió. El mayor problema fue que no nos hidratamos como es debido y eso influyó en el cansancio", explicó Pasaban describiendo las sensaciones que experimentó en el complicado descenso del campo 4 al campo 3.

Pasaban ya se encuentra entre los suyos, recuperándose de las congelaciones que sufrió en manos y pies, de las que fue atendida en la clínica MAZ de Zaragoza, de la que fue dada de alta el pasado viernes. "Lo mejor para recuperarse es volver a casa y estar con las personas que quieres. Ahora me toca analizar lo que ha pasado y aprender de todo esto. Los dedos se están recuperando. No voy a sufrir ninguna amputación. Las congelaciones necesitan un mes para recuperarse a base de baños con agua caliente y betadine y vasodilatadores. En un mes estoy en marcha de nuevo", recalcó.

Pese a su dura experiencia, por la cabeza de Pasabán no ha pasado ni un momento renunciar a la montaña. Lo que la impulsa a volver es la sensación de libertad que experimenta a 8.000 metros. "Yo me siento muy libre en la montaña y es parte de mi vida, aunque parece difícil de explicar", reconoció la deportista, que no por ello es ajena a lo que pone en juego en casa ascensión.

"Para mí lo más importante es la vida y ninguna montaña de 8.000 metros vale la uña de un dedo. El deporte que practicamos nos obliga a jugarnos la vida, pero no olvidamos el peligro que conlleva", añadió.

La guipuzcoana ya prepara un nuevo proyecto, el que le llevará "en septiembre al Shisha Pangma" (8.027). Su reto es "terminar los catorce 'ochomiles'" en 2010, ascendiendo al Annapurna, y convertirse así en la primera mujer que alcanza la cima de los 14 picos más altos del mundo.

EN EL FUTURO NO SE VE COMO JUANITO OIARZABAL

Después de eso, el futuro de Edurne Pasaban seguirá ligado a la montaña. "No la dejaré de lado", afirmó, asegurando que no se ve "como Juanito (Oiarzabal), toda la vida haciendo 'ochomiles'". "Creo que hay otras cosas para hacer en la vida", apostilló.

En este sentido, la montañera reflexionó sobre lo "difícil" que resulta compaginar "la vida personal y la de un deportista, y más la de un montañero". "Hay que dejar muchísimas cosas de lado y cuando estas aquí en casa te das cuenta de que te faltan muchas cosas, por ejemplo una pareja, el crear una familia y esto es duro. Es lo que más me cuesta", concluyó.