PEKÍN, 13 Sep.
La nadadora española Esther Morales reconoció su felicidad por conseguir una medalla de bronce que no "esperaba" en los 100 metros espalda (S10) de los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, un logro realizado gracias a un final con "la máxima rabia"
"No me lo esperaba", indicó Morales, entre lágrimas. "En el último Mundial me llevé una decepción por no conseguir una medalla, pero ahora venía mentalizada de que no podría conseguir ninguna. Iba a luchar, pero sé que iba a ser muy difícil", comentó.
La barcelonesa se mostró igualmente feliz por su tiempo. "Esta mañana he bajado un segundo y pensaba esta tarde en bajar otro, pero no más de un segundo. Venía con 1:15.85, esta mañana he hecho 1:14.85 y ahora 1:13.77, no puedo pedir más", apuntó.
La española creía que había finalizado fuera del podio. "Pensaba que me había quedado sin medalla y me quedado diez segundos mirando el marcador y asegurándome de que era tercera", señaló al respecto.
Morales, novia del también nadador Alejandro Sánchez, bromeó diciendo que le daba "envidia" el bronce que había conseguido el salmantino. "Quería luchar para que no me lo echara en cara", dijo con una sonrisa.
Finalmente, la catalana confesó que no veía a la americana Susan Beth Scott, a la que aventajó en 20 centésimas. "Sólo veía la espuma. Mi entrenador me ha dicho que hiciese una buena llegada y así aunque no consiguiese medalla a lo mejor podía adelantar. Lo he hecho con la máxima rabia y ahí ha estado la clave", sentenció
