Tres records nacionales y dos cuartos puestos, lo mejor de su participación
BUDAPEST, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los recién terminados Campeonatos de Europa de natación, que se han celebrado en Budapest, han ratificado el pobre momento de la natación en piscina española, teniendo que ser las pruebas de sincronizada las que salvasen el honor nuevamente.
El balance de los Europeos es bastante discreto. De las cinco medallas (trece fue el total junto a las de larga distancia, sincronizada y saltos) logradas en la pasada cita de Madrid, una competición alterada eso sí por la gran ausencia de figuras dada la cercanía con los Juegos de Atenas, a la escasez en Hungría.
La natación española había dado preseas prácticamente en todos los torneos continentales disputados anteriormente, pero Budapest demostró el mal momento que ya dejaron entrever los Mundiales de Montreal.
Erika Villaécija o el relevo femenino 4x200 libre defendían sus títulos continentales, pero apenas pudieron estar entre las mejores, sobre todo la catalana que ni siquiera se clasificó para la final de los 800, su especialidad.
Por ello, el 'consuelo' fueron los cuartos puestos de la joven Escarlata Bernard (17 años) en los 200 metros espalda y de Mercedes Peris en los 50 espalda, ambas separadas del bronce por poco más de 20 centésimas, o los tres nuevos records nacionales conseguidos en el 4x100 femenino libres, el 4x200 masculino libres y David Ortega en los 50 espalda.
Nuevamente, la natación española vivió de los éxitos conseguidos por la sincronizada, autora de cuatro medallas de plata en individual (Mengual), dúo (Tirados-Mengual), equipos y combo.
