TICHIT (MAURITANIA), 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El piloto madrileño Carlos Sainz (Volkswagen) perdió hoy casi todas sus opciones de triunfo en el Rally Lisboa-Dakar después de ceder 1 hora y 4 minutos con respecto al ganador de la jornada, el sudafricano De Villiers.
El retraso de Sainz se debió a problemas con la dirección asistida, tal y como explicó el piloto español al término de la etapa: "Cuando alcanzamos y superamos a Peterhansel, comencé a notar que la dirección se volvía dura. Rellenamos de líquido hidráulico, pero al poco tiempo, volvió el problema y ya no pudimos rellenar. Algo ha fallado en el sistema hidráulico y el líquido se derramaba sin poder reparar", detalló Sainz.
En este sentido, el piloto madrileño justificó las dificultades que ocasionó la avería: "Es difícil explicar el calvario que supone conducir cientos de kilómetros por arena y tierra sin asistencia. Solo puedo decir que he acabado roto, con las manos llenas de ampollas, los brazos extenuados y agotado física y anímicamente", explicó.
Por este motivo, Sainz acudió al doctor para que le atendiera de las molestias que padecía en el hombro, donde se le reprodujo la contractura debido a conducir sin dirección asistida durante cerca de 300 kilómetros.
Según reconoció Carlos Sainz, la jornada ya no tuvo el inicio deseado. "Al poco de comenzar, encontramos un pequeño atasco, que ya nos hizo perder unos minutos", se lamentó Sainz.
Para lo que queda de carrera, Sainz es pesimista. "Sinceramente, creo que se ha acabado la posibilidad de vencer. He perdido más de una hora sobre la cabeza y ahora, desde la cuarta posición, sólo puedo intentar alcanzar el podio", apuntó como nuevo objetivo.
Sobre la jornada de mañana, Sainz afirmó que es "otra etapa larguísima y queda esperar a ver si los rivales sufren algún problema, que en esta carrera llegan cuando menos lo esperas", concluyó.
