Wariner y LaShawan Merritt 'calientan' en la víspera de su gran duelo en la vuelta a la pista
Quiñonez y Chilla salvan el honor español
PEKÍN, 19 Ago. (EUROPA PRESS) -
El español Juan Carlos Higuero trabajó afanosamente por prolongar la tradición de éxitos españoles en la distancia reina del mediofondo, el 1.500, pero su brega fue insuficiente para acariciar medalla en una nueva jornada aciaga para los intereses nacionales en 'El Nido' como consecuencia de las eliminaciones de Dolores Checa en el 5.000 y Concha Montaner, en longitud, y el desapacible concurso del discóbolo canario Mario Pestano.
El tartán del estadio olímpico alumbró no obstante las expectativas sobre otras dos grandes citas. De un lado, la final del doble hectómetro para la que se clasificó con suficiencia, no se esperaba otro camino, el 'relámpago' Usain Bolt. El jamaicano ya es el rey de la velocidad, pero ante sí se presenta un desafío de mayúsculas dimensiones que le puede hacer universal, los 19,32 de Michael Johnson porque el oro en el 200 parece prácticamente una rutina.
También la lucha entre la velocidad y la resistencia de la vuelta a la pista permitió ver en acción a dos grandes estrellas del atletismo mundial, los estadounidenses Jeremy Wariner y LaShawan Merritt, en uno de los duelos más apasionantes que restan en la cita olímpica.
Entre las figuras se coló el atleta de Bahrein Rashid Ramzi, de origen marroquí. No se prodiga en exceso, pero cuando lo hace le gusta dominar, ganar y volver a callar. Logró el primero oro olímpico para su país en atletismo y se confirmó como uno de los mejores del 'milqui' en la era post El Guerrouj, que ha dejado un vacío difícil de llenar en esta disciplina.
En la misma Higuero se defendió y luchó por las medallas, pero su tanque de energía se desparramó antes de tiempo y no pudo completar su remontada en la última recta para haberse consagrado con una medalla olímpica. El burgalés, satisfecho dado el nivel de los competidores, traslucía no obstante cierta decepción porque ante un 1.500 ciertamente desierto desaprovechó la oportunidad de hacer historia.
En la línea de Higuero se mostraron Jackson Quiñonez, que dio un pasito más entre las vallas para acceder a semifinales, y Mercedes Chilla, en un gran concurso de jabalina. Sus 61,81, mejor registro de la temporada, sirvieron a la valenciana para presentarse en la final con ilusión y las aspiraciones lógicas de cualquier atleta aunque las medallas queden lejos.
Por contra una de las apuestas más firmes de la delegación española para protagonizar momentos de interés en la cita olímpica, el discóbolo Mario Pestano, tropezó en el momento de la verdad. Físicamente imponente, el tinerfeño alegó una mala relación con su disco, al que todavía le une una relación de amor-odio que le impide brillar en las grandes citas.
Mejores sensaciones encontró Frank Casañas, un cubano de origen que terminó quinto enseñando los dientes, como un cazador, y es que así se definió el lanzador después de terminar en una meritoria quinta plaza.
Además en altura se despidió uno de los 'grandes', el sueco Stefan Holm, campeón en Atenas, pero sin subirse al podio ante el prodigio de un joven ruso, de nombre Andrey Silnov, que protagonizó un concurso estelar para hacerse con el oro.
