SESTRIERE (ITALIA), 19 Mar. (Del enviado especial de Europa Press, Ramón Chamorro) -
La ciudad italiana de Turín vivió hoy su último día de gala antes de volver a ser una ciudad 'normal' con la despedida a los atletas paralímpicos, punto y final a más de un mes viviendo el espíritu de los Juegos, un adiós que sirvió para dar la bienvenida a la Primavera.
Y es que la futura llegada de la estación, que se producirá dentro de dos días, fue el centro de atención en torno al cual giró la Ceremonia de Clausura de los IX Juegos Paralímpicos de Invierno, celebrada en la Piazza Castello de la capital del Piamonte.
El cuento, el sueño y el mito de la Primavera, fueron los grandes protagonistas de una fiesta de los cinco sentidos y del lenguaje en la que todos los participantes de la Paralimpiada se unieron y donde fueron proclamados los verdaderos héroes de esta cita, en la que se logró el objetivo de romper las barreras.
La entrada de las hadas abrió el acto, momento en el que, al contrario de la ceremonia de apertura que se produce en los instantes finales, una joven Primavera apareció y llamó a los atletas paralímpicos, que iniciaron el desfile. La delegación española estuvo encabezada por la joven Anna Cohi (17 años), todo un símbolo de la renovación que debe producirse en el futuro del deporte paralímpico de España.
El paso de todas los países dio el relevo al cielo, al aire y al agua, y finalmente a las ninfas, momento en el que el público congregado se fundió con la ceremonia y que fue el preludio de los discursos protocolarios de Sir Philip Craven, presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI) y de Tiziana Nasi, presidenta del comité organizador.
El mandatario del CPI calificó los diez últimos días como "fantásticos para todos" y subrayó que nadie debía estar "triste" por el cierre de la Paralimpiada. "Tenemos recuerdos que permanecerán toda la vida con nosotros. El verdadero espíritu paralímpico permanecerá vivo en Turín. Gracias por haber participado, espero que sigáis el deporte paralímpico y que intentareis mantener el entusiasmo en el camino hacia Pekín y Vancouver", apuntó.
Por su parte, Tiziana Nasi afirmó que los días vividos serán "inolvidables". "Hemos compartido las emociones y tristezas de unos deportistas maravillosos, que nos han enseñado mucho. Es el momento de dar las gracias a todos los que han colaborado para este éxito: a los 3.000 voluntarios, las instituciones, y a los medios, cuya contribución ha sido determinante para transmitir todas las emociones", señaló.
Tras las palabras de los dos dirigentes, Sam Sullivan, alcalde de Vancouver y postrado en una silla de ruedas, tomó el relevo paralímpico del 2010 y el cantante y actor Jim Byres, que camina con protésis en sus dos piernas, inició la parte dedicada a la ciudad canadiense antes de producirse el despertar de la libélula y la lectura de un texto de una canción de Madonna ('Easy Ride' --'Camino fácil'--) por parte de una niña discapacitada de 12 años que reza así: "Quiero una buena vida, no quiero un viaje fácil. Lo que quiero es trabajar para esto, sentir la sangre y sudor en la punta de mis dedos. Quiero conocer todo y puede que un día lo haga. Lo que quiero es encontrar mi sitio, respirar el aire y sentir el sol en la cara".
Fue el momento de los faunos, encargados de dar paso al despertar definitivo de la Primavera, que procedió a apagar la llama paralímpica, aunque la fiesta no terminó aquí puesto que 15 pequeños elfos derribaron con sus voces un simbólico muro, representativo de la indiferencia y las barreras. Un juego de luces y fuegos artificiales simbolizaron la alegría de la Primavera por esta conquista, el punto y final de la ceremonia y de la IX Paralimpiada invernal.
