PEKÍN, 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
El tirador madrileño José Luis Abajo, 'Pirri', exultante por la medalla de bronce conquistada en la competición de espada, la definió como el "colofón a un ciclo fantástico" de la esgrima, el único deporte olímpico de origen español.
"Estoy muy contento. Me ha tocado a mí, he tenido la suerte de conseguirlo, pero esto anima a mis compañeros. Ha sido el colofón a un ciclo fantástico, nos faltaba una medalla", aseguraba, acordándose del resto de tiradores españoles, que le animaron desde la grada.
Los mosqueteros nacionales acudían a la cita de Pekín dispuestos a quebrar la mala racha y 'Pirri' conseguir la primera presea para la esgrima nacional. "Tenemos un equipo muy fuerte, teníamos que lograr una medalla como fuera", expresó. "Mis compañeros tienen tanta o más calidad que yo, son muy fuertes, y capaces de hacer algo importante", añadió, confiando en mayores logros.
Tras perder en semifinales ante el luego campeón Matteo Tagliariol, el madrileño se quedó un poco decepcionado, pero sus allegados supieron animarle. "Entre la doctora y el maestro me han hecho recordar a mi hija y que tenía que lograr la medalla. Tenía que volver a casa con una medalla para mi hija", explicó, en referencia a su retoño de apenas unos meses, que se quedó en España con su abuela.
Y es que su mujer sí estuvo en Pekín, aunque se tapó la cara con la bandera de España en los momentos decisivos. Además, 'Pirri' también echó mano de la canción de Gilberto Silva 'Lo bueno que es perdonar', que ha sido otro de sus amuletos en la cita. "Me la he puesto en este tiempo de descanso y me ha dado suerte desde que me la pasó un compañero", confesó.
Sobre el combate de infarto, que se resolvió en los últimos segundos del tiempo extra, 'Pirri', que normalmente es "un poco bruto", supo tener templanza: "A veces me perjudica, pero soy muy agresivo y también por eso he llegado hasta aquí".
"Pero esta vez me lo he tomado con calma. Él no se la jugaba y yo tampoco. He tenido suerte, ha sido una lotería, pero me lo merecía", añadió.
Así, cumplió con las cifras que dicen que, a sus 30 años, tras comenzar en la esgrima a los 12, llegaba "en el mejor momento, con experiencia, físico y la cabeza fría".
Ahora, es el momento de las felicitaciones, una de las primeras la del Príncipe Felipe de Borbón, que no pudo acudir a la cita al encontrarse en un homenaje a Juan Antonio Samaranch. "Me ha mandado mucho cariño y me ha dicho que no había podido venir", desveló.
