Reuters
Actualizado: sábado, 16 agosto 2008 21:03


PEKÍN, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -

El español Rafa Nadal tendrá mañana una nueva prueba de fuego ante el chileno Fernando González (10.00 hora española) en la final olímpica de Pekín, con el oro como premio para el ganador de una de las finales más esperadas de su carrera para el manacorí.

Vencedor esta campaña en Roland Garros, por cuarta edición consecutiva, y en Wimbledon, el mallorquín puede poner mañana el broche dorado a un curso impecable en el que tras siete años en el circuito, el lunes liderará la Lista de Entradas de la ATP.

Con sólo 22 años, el balear ha escrito las más bellas páginas de la historia del tenis nacional. Abanderado de la Copa Davis en 2000, se convirtió en protagonista cuatro años más tarde en el triunfo sobre Estados Unidos en Sevilla, que dio a España la segunda 'Ensaladera' de su historia.

Dotado de un físico privilegiado y de una fortaleza mental única, Nadal irrumpió en el circuito como un ciclón y en los últimos cuatro años ha ido añadiendo lustre a su palmarés. Así, el pasado mes de julio se convirtió con su triunfo en Toronto en el tercer tenista más joven en la historia en sumar 30 títulos.

Tras esa mágica semana en el Masters canadiense, se hizo con el número uno del mundo al llegar unos días después a las semifinales de Cincinnati. Allí, el serbio Novak Djokovic acabó con su racha de 32 victorias seguidas y Nadal, exhausto, emprendió rumbo a Pekín.

Nada más llegar a la capital china se convirtió en el gran protagonista en las pistas de entrenamiento. Muy motivado por el orgullo que siente al representar a su país, protagonizó un sinfín de anécdotas, en sus segundos Juegos, ya que en Atenas disputó un encuentro de dobles con Moyà.

Disfrutó como un niño en la ceremonia inaugural, haciendo pases toreros junto a Nico Almagro, pero en las canchas donde se machacó en dobles sesiones, no parecía encontrarse a gusto. Las dudas le asaltaban, no le gustaban las bolas y la humedad le obligaba a embadurnarse continuamente las manos de serrín.

Pero en la pista, Nadal siempre ofrece su mejor versión. Aunque en el debut ante el italiano Potito Starace estuvo algo atenazado, día a día se ha ido encontrando mejor en la Central del Centro de Tenis de la Villa Olímpica.

Tras superar al transalpino, se exhibió ante Lleyton Hewitt, Igor Andreev y Jurgen Meltzer, ante el que jugó pasada la medianoche, por la lluvia que alteró el programa. Ayer dio una nueva clase de tenis ante el número tres del mundo, Novak Djokovic.

Puntos imposibles permitieron al español asegurar una medalla por sextos Juegos consecutivos, ya que desde Seúl'88 el tenis nacional no ha fallado a su cita con el podio olímpico.

Mañana, tendrá la oportunidad de convertirse en el primer español con un oro olímpico con el deporte de la raqueta como parte del programa olímpico, ya que Manolo Santana venció en la final de Guadalajara'68, donde fue deporte de exhibición.

GONZÁLEZ, CON EXPERIENCIA OLÍMPICA.

No obstante, tendrá un duro adversario en el chileno Fernando González, que ya cuenta con dos preseas olímpicas en su palmarés. El de Santiago de Chile se colgó el bronce en la categoría individual y el oro, junto a Nicolás Massú, en dobles hace cuatro años en Atenas.

En esta ocasión, el sudamericano, que levantó tres bolas de partido ayer ante James Blake, intentará suceder en el palmarés olímpico a su compatriota Massú.

Los duelos previos arrojan igualdad (3-3) aunque Nadal le ha vencido en las dos últimas ocasiones. Los tres triunfos del manacorí han sido en tierra batida, mientras que González le venció dos veces en pista dura y fue su verdugo en los cuartos del Abierto de Australia de 2007, donde fue finalista.