MONTECARLO, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El tenista manacorí Rafael Nadal, segundo favorito, no dejó lugar a la sorpresa y alcanzó los cuartos de final del Masters Series de Montecarlo, donde ya se encontraban David Ferrer y Tommy Robredo, después de su victoria por un doble 6-3 ante el belga Kristof Vliegen en una hora y 37 minutos.
Nadal continúa sin mostrar la firmeza del año pasado, pero su andadura en Montecarlo es inmaculada. No ha cedido ningún set y ya se encuentra en los cuartos donde puede 'repetir' la final del año pasado ante el argentino Guillermo Coria.
Su última víctima fue Kristof Vliegen, un especialista en superficies rápidas favorecido por su envergadura, 1.93 metros que le convierte en uno de los tenistas más alto del circuito.
Aunque curiosamente ha sido en Montecarlo, y sobre tierra batida, donde ha conseguido su mejor resultado en un Masters Series en una temporada marcada por su franca progresión. Y es que suma dos semifinales, en Chennai y Memphis, que le han permitido alcanzar el número 57 en la clasificación mundial.
Esa progresión la demostró ante Nadal, frente al que contaba con un balance favorable ya que se había impuesto en el único precedente entre ambos en el 'challenger' de Besancon en 2003, sobre todo en el primer set.
Una primera manga en la que Vliegen consiguió el 'break' en el tercer juego. Era la primera vez en el torneo que Nadal marchaba por detrás en el marcador y el campeón de la última edición reaccionaría con prontitud para restablecer la igualdad (2-2).
El belga utilizaba sus 'armas'. Un tenis plano y agresivo ante el que Nadal opuso paciencia para devolver el encuentro a las directrices de la tierra batida de Montecarlo. El número dos del mundo aprovechó su oportunidad para romper nuevamente el saque de su rival, en el octavo juego, definitivo en el desenlace del primer set.
El segundo parcial mostró un Nadal más seguro. Como en las jornadas anteriores el manacorí fue de menos a más, calibró mejor sus golpes y apenas dejó resquicios a los ataques de Vliegen, al que el cansancio también le pasaba factura disminuyendo sus subidas a la red.
Un nuevo 'break' del español en el séptimo juego le abrió el camino de los cuartos de final y a continuación su saque, una de las armas que más trabajó esta pretemporada, le ayudó a escapar de una nueva amenaza de rotura. Fue la única concesión que ofreció en ese set.
Nadal sumaba su victoria número 39 sobre tierra batida de forma consecutiva, a una del 'récord' de Muster, y aguarda la 'repetición' de la final del año pasado ante Coria, un partido que vivió cinco dramáticos sets, aunque en esta edición será en cuartos y para ello el argentino deberá superar el obstáculo del alemán Nicolas Kiefer.
