MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El tenista español Rafa Nadal confesó que su presencia en la final de la Copa Davis ante Argentina, que se disputará en Mar del Plata del 21 al 23 de noviembre, está pendiente de la evolución de su lesión de rodilla aunque es su último gran objetivo del año.
"No te puedo decir si estaré allí, ojalá. ¿Quién no quiere jugar una final de la Copa Davis?. Está claro que es el último gran objetivo de la temporada, y cualquier jugar del mundo quiere jugar una final de Copa Davis y no soy una excepción, pero hay que ver cómo evoluciona la rodilla, que nunca se sabe", afirmó en declaraciones a 'Radio Marca' que recoge Europa Press.
El número uno del mundo anunció el lunes su renuncia a la Copa Masters de Shanghai, que reúne a los ocho mejores del año, y ayer se sometió a unas pruebas médicas que dictaminaron que sufre una tendinitis de inserción del tendón cuadricipital en la rodilla derecha por lo que debe guardar reposo hasta el sábado y el lunes hacerse nuevos exámenes.
El manacorí asegura que no irá a la final de la Davis si está "al 40 por ciento". "Tengo varios días para recuperarme e intentaré entrenar algo. El lunes o el martes de la semana que viene me someteré a una prueba final para conocer si puedo disputar la final de la Davis o no", confesó.
De todos modos, considera que la 'Armada' cuenta con jugadores de calidad para suplirle si no pudiera acudir a la final. "Si finalmente no puedo ir hay otros tenistas que están preparados", aseguró el héroe de la final de la Davis en Sevilla ante Estados Unidos en 2004.
Por otra parte, no dudó en criticar el calendario de la ATP y lamentó su ausencia de la cita de 'maestros'. "Yo no he dicho 'no' a Shanghai, ha sido mi rodilla. Ir allí hubiera sido un esfuerzo muy grande. Desde mi punto de vista el calendario está muy mal organizado. Actualmente hay varios torneos que tienes que ir por obligación porque son los que te dan más puntos. Con un calendario así es muy difícil estar siempre al mejor nivel", apuntó.
Por último, reconoció estar muy satisfecho con la temporada, en la que ha conquistado su cuarto Roland Garros, su primer Wimbledon, el oro olímpico y el número uno del mundo. "El año ha sido mejor imposible. Sólo me pongo un 'pero'. Llegué al límite al US Open y no pude desplegar mi mejor tenis", concluyó.
