BARCELONA, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Albert Costa vivió hoy un día "involvidable" con motivo de su retirada tras caer en los octavos de final de la 54ª edición del Trofeo Conde de Godó ante Juan Carlos Ferrero después de tres sets, que considera fue "una despedida genial".
El tenista catalán, de 30 años, había elegido este Godó para abandonar el circuito profesional, aunque en julio jugará una liga de clubes en Alemania que ya tenía pactada desde el año pasado, y tuvo la despedida que deseaba.
Una ovación de unos cinco minutos en una pista central llena del RCT Barcelona y ante Ferrero, presente en los mejores momentos de su carrera, ya que ambos lograron la Copa Davis de 2000 y porque ante él ganó Roland Garros en 2002.
"Ha sido una despedida genial. Me he emocionado mucho y la verdad que no me esperaba la ovación. Ha sido un día inolvidable, de los que más recordaré durante toda mi vida", explicó, asegurando después: "Qué más puedo pedir".
Costa dirigió unas palabras al público desde la pista, acompañado por su mujer y sus dos hijas gemelas, que el día que anunció su retirada cumplieron cinco años, por este "día inolvidable". "Sin vosotros, los jugadores no somos nada".
El ilerdense explicó después a los periodistas que por su "sentido del ridículo" evitó derramar alguna lágrima, "aunque seguro que cuando esté a solas con mi mujer, lloraré". Además, estaba muy satisfecho por su último partido.
Costa cayó en tres sets (6-1, 5-7 y 7-5) ante Ferrero "y un poquito más y doy la sorpresa", dijo, asegurando que se encontró muy bien, una vez pasó la primera manga, en la que admitió haber pensado demasiado en su retirada.
"Hoy sí tenía la sensación de que era el último partido, pero luego he pensado que podía ganar el partido. Yo jugaba sin presión y claro, Juan Carlos también debía pensar que 'este tío se retira y encima me va a ganar'", ironizó.
Costa se despide tras haber ganado 12 títulos individuales, entre ellos Roland Garros (2002), así como la primera Copa Davis de España (2000) y la medalla de bronce en dobles en los Juegos Olímpicos de Sydney junto a Alex Corretja.
Aunque, por encima de los títulos, lo que más valora de su carrera tenística es "la amistad con muchísima gente". A partir de ahora, le gustaría ser recordado "como un luchador" y quiere seguir vinculado al mundo del tenis.
De momento, se dedicará a la familia y a sus aficiones --"en los campos de golf me van a ver bastante"-- y quiere mantenerse en forma. "No quiero pensar 100 kilos, aunque con lo que a mí me gusta comer y el vinito...", concluyó.
