DESCONECTA, 04 Sept.
Muchos restaurantes de San Francisco, como otros tantos, tienen por costumbre obsequiar a los clientes más pequeños con un pack de ceras de colores y un papel con dibujos trazados para que se entretengan pintando. Bryan Ware, padre de dos hijos pequeños a los que ha llevado a varios de esos restaurantes, un buen día se preguntó: ¿A dónde van todos esos lápices de cera que los niños apenas usan unos minutos?
La respuesta que recibió por parte del personal del restaurante, allá por 2011, fue el detonante para que este hombre pusiera en marcha un proyecto para darle una nueva vida a las ceras de colores y a los niños con necesidades especiales de muchos hospitales del estado de California.
La iniciativa sin ánimo de lucro de 'Crayon Proyect' nació, oficialmente, en 2013 y lo hizo como la ingeniosa idea de reciclar los restos de ceras de colores de restaurantes y colegios destinados a terminar en la basura y darles un nuevo uso: el de servir como lapices de ceras de colores para los niños con necesidades especiales hospitalizados.
Aunque a muchos os puedan parecer prácticamente iguales, las ceras de colores salidas de 'Crayon Proyect' son ligeramente más gruesas, ideales para que estos niños puedan agarrarlas mejor para dibujar.
Su elaboración es sencilla: Se introducen las ceras del mismo color en una olla y se derriten a fuego lento hasta conseguir una pasta maleable que pueda ser vertida en los moldes especiales que Bryan Ware junto con su equipo de ayudantes -entre ellos, un terapeuta ocupacional- diseñaron para que las nuevas ceras estuvieran adaptadas a los niños con necesidades especiales.
Desde su nacimiento hasta ahora, 'Crayon Proyect' ha donado más de 2.000 cajas de lápices de colores a varios hospitales infantiles de San Francisco y este mes, por primera vez, lo ha hecho a uno de Nueva York.
Tal y como recoge 'The Mighty', Ware espera continuar expandiendo su proyecto mientras sigue apoyando a los niños hospitalizados de todo el país.
