Actualizado 05/02/2015 10:57

La inspiradora historia del hombre que camina 33 km diarios para ir al trabajo

James Robertson yendo a trabajar
Foto: GOFUNDME

DESCONECTA, 05 Feb.

James Robertson tiene 56 años y es el protagonista de una historia tan real como inspiradora. Este hombre recorría una distancia de casi 40 kilómetros para ir a su trabajo, 33 de los cuales los hacía a pie cada día, sin importar la predicción meteorológica, porque no hay transporte público que cubra la ruta, ni dinero para comprarse un coche.

La historia de James Robertson, de Detroit, despertó el interés de un diario local que se acercó para conocer más sobre el día a día de este hombre.

A las 8 de la mañana en punto, Robertson se prepara para su maratón diaria hacia su trabajo. Alrededor de 33 kilómetros que realiza a pie y 4 que recorre en autobús para llegar puntual a las 14:00 horas de la tarde a la fábrica de piezas plásticas donde trabaja, situada en Rochester Hills.

Un total de 74 kilómetros recorridos de ida y vuelta, día tras día, de lunes a viernes, durmiendo tan sólo un par de horas, que son las únicas que tiene entre que llega a casa a las 6 de la mañana y se levanta para ir a trabajar de nuevo.

Previa YoutubeCargando el vídeo....

A raíz de esta cobertura mediática, su situación ha inspirado a cientos de personas, que se han involucrado en mejorar la vida de este hombre, recaudando dinero a base de donaciones. Una iniciativa que partió de un joven de 19 años, estudiante informático de la Universidad Estatal de Wayne.

Evan Leedy, que así se llama el joven, empezó una campaña en una página de recaudación de fondos el domingo pasado con el objetivo de reunir 5.000 dólares para comprar un coche a James Robertson. La cifra, actualmente, sobrepasa con creces el número fijado inicialmente y asciende a un total de 296.347 dólares.

Desde Detroit Free Press se encargaron de ponerse en contacto con el mismo Robertson para comunicarle lo que la gente anónima estaba haciendo por él: "¿Hablas en serio?", dijo sorprendido a un reportero después de enterarse de la noticia.

Gracias a la ayuda y la generosidad de algunas personas, la vida de James Robertson ha podido cambiar a mejor y ahora no sólo podrá comprarse un coche sino que tendrá ahorros suficientes para mantenerlo.