EDIZIONES, 7 Feb.
Ella Johannessen es una joven de 23 años que estudia en la Universidad de Leeds, Inglaterra. El pasado 27 de enero subió a un tren desde Londres en dirección a su universidad con bastante estrés y agobiada por su situación económica: había dejado el trabajo de media jornada con el que se pagaba los estudios y estaba tan falta de dinero que no veía cómo poder pagar sus gastos y la matrícula de sus clases.
Durante el trayecto llamó a su madre para contarle lo que le sucedía y preguntarle por la transferencia de 35 libras que en principio ella le había enviado pero que no había llegado aún. Tras colgar con su madre, decidió aprovechar el trayecto para dar una cabezadita. Su sorpresa fue mayúscula cuando, al despertar, se dio cuenta de que sobre su regazo había 100 libras envueltas en una servilleta (unos 112 euros).
Algún pasajero que escuchó su conversación le dejó ese dinero sin que ella se diera cuenta para que pudiera salir del paso. Y de forma anónima. Ahora, Ella está buscando a través de las redes sociales a esa amable persona que le dio una oportunidad más y algo menos de preocupación. Un acto de amabilidad que, aunque anónimo, quedará recompensado de algún modo. El buen karma se ocupará.
