Actualizado 03/12/2019 15:04

Conoce a Maricel Apatan, la mujer que perdió sus manos, pero no su voluntad hasta convertirse en chef

Maricel S. Apatan
Maricel S. Apatan - FACEBOOK/MARICEL S. APATAN
 

MADRID, 3 dic. (EDIZIONES)

Maricel S. Apatan, de 31 años, es el vivo ejemplo de resiliencia, resistencia y supervivencia humana. Esta pastelera de Siay, municipio de Zamboanga, Filipinas, corta fruta, amasa, decora y rellena pasteles con sus muñecas porque no tiene manos. Este hecho no le ha impedido tener un trabajo como chef en un hotel 5 estrellas y dedicarse a lo que ella siempre ha querido. Su historia, aunque dura, es tan asombrosa como inspiradora.

Hace 20 años, cuando Maricel tenía 11, tuvo que enfrentarse a un terrible acontecimiento. La niña acompañaba a su tío a buscar agua cuando fueron atacados por cuatro hombres armados. Maricel sobrevivió al ataque, pero los hombres le quitaron las manos.

Este hecho traumático no impidió que la joven retomara el cauce de su vida hasta encontrar su camino. Durante los años siguientes, Maricel estudió y aprendió a hacer las cosas sin sus manos. Sin ellas, logró terminar una licenciatura en Administración de Hoteles y Restaurantes en el año 2008. Tres años más tarde completó su educación en artes culinarias/repostería y pastelería en la Academia Global Culinaria y de Hospitalidad.

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"Siempre había disfrutado cocinando, desde que tenía siete años", dijo Maricel en unas declaraciones recogidas por el portal drprem. La joven se desenvolvió sin problemas a pesar de ser la única estudiante discapacitada en el curso.

Su primer trabajo fue en el hotel Edsa Shangri-La para el proyecto Care For People. Actualmente trabaja como chef para Marlow Navigation Phils., Inc., una empresa relacionada con la industria marítima.

Su historia es una historia de supervivencia, de lucha, de esfuerzos y de inspiración.

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"Confiando en Dios, me volví más decidida a luchar por tener una vida normal. Creía que tenía una misión importante en la vida porque sobreviví al ataque", dijo.

Más tarde descubrió que una de sus misiones era inspirar a otras persona discapacitadas que creyeran que también es posible vivir una vida normal y lograr sus sueños.