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MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El billar destaca por ser un deporte popular que, además de técnica, requiere un alto nivel de destreza y de precisión para evitar que la bola se desvíe de su objetivo: entrar dentro de la tronera. Unos milímetros pueden darle al jugador la victoria o la derrota, como es el sorprendente caso del joven que jugaba en un bar con tres compañeros más.
El joven que aperece en el vídeo de camiseta azul comienza su turno cuando quedan cuatro bolas. Aunque al principio el resto de jugadores parece que no le prestán atención -incluso uno está mirando a su teléfono móvil- la situación cambia después de que este consiga encajar la primera bola con una jugada casi perfecta.
El jugador se detiene unos segundos para explicar al resto de sus compañeros lo que parece ser la siguiente jugada, sin embargo, estos no parecen darle mayor importancia. La expectación comienza a crecer cuando el primero consigue encajar su segunda bola.
Hasta que, ante la sorpresa del resto de compañeros, el jugador de camiseta azul consigue meter la tercera bola. Cuando consigue encajar la última bola, los cuatro participantes lo celebran con entusiasmo, llegándose incluso a tirar al suelo de la emoción.
