EDIZIONES, 31 oct.-18
'Truco o trato' es lo que se dice cuando tocamos la puerta del vecino en Halloween para que nos llenen la bolsa de chuches. Los dulces son el principal atractivo de este juego importado de la cultura anglosajona que tanto va calando en la nuestra y en nuestros niños.
Un exceso de azúcar, que fácilmente se puede alcanzar en este día, no es nada recomendable para la salud en general, y para la de nuestros pequeños en particular. Sin embargo, lo "dulce" no está reñido con lo saludable. Con un poco de imaginación, creatividad y un toque divertido se pueden llegar a crear recetas "palativamente" apetitosas para el paladar de los peques y visiblemente atractivas sin renunciar a lo saludable.
¡Toma nota!
Simplemente coge un rotulador permanente de color negro y deja volar tu imaginación pintando caras terroríficas a la piel de las mandarinas.
El primer paso será seleccionar y lavar las fresas que convertiremos en fantasmas. A continuación, derretiremos chocolate negro puro para bañar a las fresas. La perfección en este caso no existe, cuanto más chorree el chocolate más aspecto fantasmagórico le daremos a las fresas. Lo dejamos enfriar y con un poco de queso crema o mascarpone batido dibujaremos la cara.
Plátanos de miedo
Para los ojos de muerto coceremos unos cuantos huevos. A continuación, los partiremos por la mitad en sentido vertical y vaciaremos la yema para rellenarlos de guacamole. Decoramos con unas tiras de pimiento rojo y unas rodajas de aceitunas que harán las veces de venas y pupilas.
Para las brochetas necesitaremos kiwis, melón de canalupo, queso mozzarella fresco, chocolate negro de cobertura para derretir y unas brochetas de madera. Cortamos el kiwi como aparece en la foto, vaciamos el paquete de bolitas de mozzarella en un bol para después decorar con ellas y hacemos bolas de melón con un saca-bolas de helado pequeño. Lo juntamos todo en la brocheta y lo decoramos con chocolate negro puro derretido.