DESCONECTA, 12 Ago.
Las buenas acciones nunca son por casualidad. Siempre están movidas por algo y eso se llama bondad, solidaridad, altruismo o generosidad; todas ellas cualidades que al inspector de trenes de Union Pacific, Josh Cyganik, demostró poseer cuando decidió mejorar la vida de un anciano - y vecino- de 75 años de edad que todos los días saludaba con un "hola".
El desencadenante para que la solidaridad de Cyganik se transformara en un increíble gesto de amor hacia el prójimo fueron las burlas de un par de adolescentes a los que Cyganik escuchó decir en voz alta: "Mira esta casa de mierda. Sólo le hace falta quemarla" cuando pasaban delante de la casa de Leonard Bullock, un hombre de 75 años de edad y propietario de la mencionada casa.
En ese momento, el inspector se dio cuenta de que Leonard estaba sentado en su porche, como acostumbra, y de seguro había oído los comentarios. Entonces, pensó: "No creo que ninguna persona mayor tenga que soportar lo que yo escuché en boca de esos dos críos", tal y como confesó a UPRR. Cyganik no se quedó parado, sino que se puso en marcha para hacer algo grande.
El 15 de julio se decidió publicar en Facebook un llamamiento para todos aquellos voluntarios que se quisieran unir a él para ayudar a pintar la casa de Leonard, después de haber conseguido la pintura gracias a la donación de un empresario.
Gracias a la ayuda de familiares y amigos para difundir el mensaje, los voluntarios comenzaron a llover en forma de decenas hasta llegar a más de 100 personas de distintas partes de Estados Unidos (Texas, Washington, California...) dispuestos a ayudar.
Y no sólo les llegó pintura y mano de obra, donaciones de muebles, comida o bebida comenzaron a agolparse en la casa del anciano.
Este increíble acto de bondad fue tildado, por los medios locales que se hicieron eco de la noticia, como un acto de heroicidad. Sin embargo, para Josh Cyganik no se trata de eso: "Me criaron para respetar a las personas que vinieron antes, para ayudar a los que no tienen mucho" y añadió: "Ahora, Leonard puede sentarse en el porche para el resto de su vida mientras se siente a gusto con su casa".
