DESCONECTA, 27 Oct.
"Querido adolescente del skatepark". Así comienza el texto que Jeanean Thomas, una madre de Ontairo, publicó en Twitter a mediados de este mes. El texto que sigue a continuación es una declaración pública de los prejuicios que esta madre cometió cuando se presentó con su hija pequeña en un skatepark y un chico adolescente se les acercó.
Jeanean Thomas y su hija, de 6 años, acudieron al Churchill Park en Cambridge, Ontairo, con la esperanza de poder aprender a patinar en un entorno adecuado para ello. Sin embargo, la primera impresión para esta madre fue la de desaliento al encontrarse rodeadas de adolescentes fumando y diciendo palabrotas.
Lo que sucedió después, hizo llegar a la determinación a Jeanean Thomas de escribir unas letras a modo de carta, publicada en un primer lugar en Twitter y posteriormente fue en el Cambridge Times, presentada por la propia Jeanean.
La historia dice así.
"Querido adolescente del skatepark:
Probablemente tengas unos 15 años, así que no espero que seas muy maduro, ni que quieras a una niña pequeña en tu parque. Lo que tú no sabes es que mi hija lleva meses queriendo patinar. De hecho, tuve que convencerla de que el patinete no es sólo cosa de chicos. Así que cuando llegamos al skatepark y vio que estaba a rebosar de chicos fumando y diciendo palabrotas, quiso salir corriendo de vuelta a casa.
Sinceramente, a mi también me apetecía irme porque no tenía ganas de soltar unas "frases de madre" y tener que decirte cuatro cosas. Tampoco quería que mi hija tuviera que sentirse intimidada por nadie o que se sintiera con menos derecho a estar en el skatepark. Así que cuando me dijo: "Mamá, esto está lleno de chicos mayores" le respondí: "Y qué más da, tampoco son los dueños del skatepark".
Empezó a bajar por la rampa mientras tú y tus amigos volabais y 'grindabais' por los barrotes a su alrededor. Sólo le había dado tiempo a repetirlo tres veces antes de que tu te acercaras y dijeras: "Oye, perdona". En ese preciso momento me preparé para darte mi discurso sobre por qué ella tiene tanto derecho a estar aquí como todos vosotros pero entonces te oí decir "tienes los pies mal colocados, ¿puedo ayudarte?".
Después de esto, estuviste cerca de una hora con mi hija enseñándola a mantener el equilibrio y a girar. Ella te escuchaba, una hazaña a la altura de muy pocos adultos. La cogiste de la mano y la ayudaste cuando se cayó al suelo, incluso, te oí decir que no patinase cerca de las barras que así no se haría más daño.
Quiero que sepas que estoy orgullosa de que seas parte de mi comunidad. Quiero darte las gracias por ser tan amable y atento con mi hija, incluso cuando tus amigos se burlaban de ti.
Mi hija se fue del skatepark con una sensación de orgullo y confianza por poder hacer cualqueir cosa que se proponga gracias a ti".
- Jeanean Thomas.
