SANTANDER, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, aseguró hoy que la aplicación del Código Unificado de Buen Gobierno debe hacerse "con cautela" y se mostró a favor de reducir "al mínimo" la intervención administrativa en las empresas.
Durante su intervención en el Junta General de Accionistas, Botín calificó de "positiva" la iniciativa de refundir el Código Olivencia y el informe Aldama en un único documento de recomendaciones, y señaló que en materia de gobierno corporativo las sociedades españolas cotizadas en bolsa no tienen "nada que envidiar" a los países de su entorno.
Aunque resaltó que el Grupo Santander cumple hace años "prácticamente con todas las recomendaciones" contenidas en el Código unificado, reconoció que para otras sociedades, sobre todo para las que están considerando su salida a bolsa, su cumplimiento va a suponer "retos y costes considerables".
"Por ello, pienso que su aplicación debe hacerse con cautela. Y, en todo caso, que deben ser los accionistas y el mercado en general los que valoren las explicaciones que las sociedades cotizadas den sobre el grado de cumplimiento de las recomendaciones, reduciéndose al mínimo la intervención administrativa en las empresas", declaró Botín.
El presidente del Santander insistió en los "elevados costes" que supone para una empresa el tamaño y la diversificación del Santander, y el cumplir con los requisitos regulatorios y de información de las autoridades en los distintos países y mercados en los que opera.
En este sentido, puso como ejemplo que el año pasado el banco invirtió más de 200.000 horas por persona sólo para cumplir con Sabarnes Oxley, una norma de obligado cumplimiento para las empresas que cotizan en EEUU, lo que supone el equivalente a 117 personas que se dedicaron a ello a tiempo completo durante todo el año. "Este coste supone sin duda una barrera para muchas empresas que también quisieran tener acceso al mercado de Estados Unidos", declaró.
Botín dijo que el modelo del Santander en Gobierno Corporativo se basa "en la igualdad de trato a los accionistas y en la transparencia informativa", y se mostró partidario de la autorregulación como hilo conductor en esta materia "de acuerdo con la libertad de organización que debe presidir la actuación de las empresas".
"Cada empresa es un caso distinto. El sector en que actúa, el tamaño de la empresa, la diversificación de sus negocios y su modelo organizativo puede aconsejar distintas fórmulas de desarrollar el Gobierno Corporativo. Lo esencial es que se informe con detalle y transparencia sobre el modelo elegido. Después serán ustedes, los accionistas, y en general los mercados, los que juzguen sobre su bondad y eficacia", concluyó.
