MOSCÚ, 26 Mar. (EP/AP) -
Mañana comienza la subasta de los activos de la petrolera en bancarrota Yukos, en la que previsiblemente las empresas energéticas estatales tendrán la oportunidad de fortalecer su presencia en la industria global de hidrocarburos a través de la adquisición de las propiedades de la que una vez fue la petrolera más grande de Rusia.
La petrolera estatal Rosneft que ya se hizo en su momento con la mayor unidad de producción de Yukos tras una poco transparente subasta estatal, junto con la gasista Gazprom, aspiran a dominar la subasta de los activos, entre los que se incluyen unidades de producción con capacidad de medio millones barriles diarios, cinco refinerías y una cadena de más de 1.000 gasolineras.
Hasta el pasado viernes, Rosneft era la única empresa que ha confirmado su participación en la subasta de mañana, sin embargo, la 'joint venture' rusa de BP con TNK ha anunciado de improvisó que también pujará por los activos de Yukos.
La petrolera Yukos entró en bancarrota tras ser encarcelado su presidente, Mijail Jodorkovsky, por una supuesta evasión de impuestos que llevó al Gobierno ruso a subastar de manera poco transparente varios activos de la compañía, entre ellos su unidad de producción más importante, Yuganskneftegaz, que cayó bajo en control de Rosneft.
Desde numerosos sectores siempre se ha defendido que la intención del Kremlin era acabar con las pretensiones políticas de Jodorkovsky, que actualmente cumple ocho años de prisión en una cárcel siberiana, y enmarcaron la bancarrota de Yukos en la estrategia del Gobierno ruso de recuperar el dominio estatal de sus activos energéticos.
