BARCELONA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro italiano de Transporte, Alessandro Bianchi, defendió hoy un cambio en el régimen concesional de las autopistas del país porque el actual "da todas las ventajas a las concesionarias y no al Estado".
Bianchi, que participó hoy en Barcelona en unas jornadas económicas que organiza la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, se refirió de esta forma a la fusión entre Abertis y Autostrade, de la que dijo que el Ejecutivo de Prodi buscará "una solución positiva", siempre y cuando se prime el "interés italiano".
El responsable del Ministerio de Transportes italiano aseguró que la modificación "no valdrá sólo para las autopistas sino también para las concesiones aeroportuarias", por ejemplo, y tiene como objetivo establecer "pactos equilibrados" entre todas las partes.
En cuanto al expediente que la Comisión Europea (CE) ha abierto a Italia por obstaculizar la libre circulación de capitales, Bianchi insistió en que su Gobierno "no discute la fusión" entre ambas empresas, sino el incumplimiento por parte de la concesionaria italiana de los compromisos de inversiones que adquirió con la concesión. No obstante, aseguró que Italia no retirará la concesión a Autostrade, sino que exigirá el "respeto del acuerdo".
SOLUCIÓN CUANDO SE APRUEBEN LOS PRESUPUESTOS
Asimismo señaló que el tema sigue "abierto" y que la solución no llegará hasta después de diciembre, cuando el Ejecutivo de Prodi haya resuelto la "compleja situación" financiera que atraviesa Italia, que se encuentra en pleno debate sobre los Presupuestos del Estado, pero no quiso pronunciarse sobre el cambio tarifario que incluye los presupuestos.
Bianchi explicó que, cuando llegó al poder, su Gobierno se encontró con "problemas muy fuertes a nivel económico", motivo por el que, entre los meses de junio y septiembre, tuvo que empeñarse de lleno a "relanzar la economía del país".
Por último, hizo referencia a los "nacionalismos económicos" que defienden los países europeos y consideró "natural" que cada estado vele por sus propios intereses, dada la "juventud" de Europa, que, de hecho, todavía se está formando con la incorporación paulatina de nuevos países.
