Los países productores de vino rechazan que la reforma del sector se base en el arranque de viñedos

Actualizado: miércoles, 19 julio 2006 0:30


BRUSELAS, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los países productores de vino de la Unión Europea, encabezados por España, Francia, Italia o Portugal, rechazaron hoy que la reforma del sector se base en el arranque de 400.000 hectáreas de viñedo como ha propuesto la Comisión Europea, aunque coincidieron con Bruselas en que la reestructuración es imprescindible si los vinos europeos quieren recuperar la competitividad y competir en igualdad de condiciones con los caldos del nuevo mundo.

Los ministros de Agricultura de los Veinticinco discutieron por primera vez los planes del Ejecutivo comunitario de realizar una reforma en profundidad del sector del vino, que incluyen el arranque de 400.000 hectáreas de viñedo en cinco años con una compensación de 2.400 millones de euros, la liberalización de las plantaciones a partir de 2013 y la eliminación de las ayudas a la destilación.

Durante el debate, un total de nueve Estados miembros se opusieron al arranque de viñedos tal y como lo propone la Comisión. Se trata de España, Francia, Italia, Portugal, Hungría, Letonia, Chipre, Luxemburgo y Malta. Las fuentes consultadas explicaron que ello no significa que rechacen tajantemente suprimir viñedos, sino que no están de acuerdo con el alcance ni con el periodo de aplicación.

Incluso el ministro de Agricultura francés, Dominique Bussereau, que fue el que defendió una postura más negativa contra la reforma, admitió que no está en contra del arranque, pero reclamó "un programa más razonable". En el mismo sentido se expresó la representante española, que se dijo partidaria de hablar de la supresión de viñedos "como una alternativa más, pero no como la única".

España, Italia y Eslovaquia defendieron el enfoque de la Comisión de autorizar nuevas prácticas enológicas, mientras que Austria, Hungría y Luxemburgo se opusieron a la prohibición del uso de la sacarosa para aumentar el grado de alcohol del vino. Los países productores insistieron también en su oposición a la posibilidad de mezclar vinos y mostos europeos con los extranjeros.

En lo que sí que coincidieron los Veinticinco fue en que la reforma no debe servir para recortar el presupuesto dedicado al sector, unos 1.400 millones de euros anuales, y en que los vinos europeos son los mejores del mundo. El ministro británico, David Miliband se declaró sorprendido por el hecho de que Australia haya superado a Francia desde 2005 como principal exportador de vinos a Reino Unido. Y la delegación irlandesa puso de relieve que el 70% de sus importaciones de vino proceden de los nuevos productores.

La comisaria de Agricultura, Mariann Fischer Boel, se declaró satisfecha con los resultados del debate, y dijo que todos los ministros apostaban por la "calidad y competitividad" como los objetivos principales de la reforma, y daban una gran importancia a las medidas de marketing y promoción.

Respecto al arranque, aseguró que no tendrá un efecto de despoblamiento de las áreas rurales porque será "completamente voluntario" para los productores a cambio de un "esquema atractivo financieramente".

POSICIÓN ESPAÑOLA

Espinosa insistió en que España está de acuerdo con los objetivos de la reforma de lograr "un sector del vino más competitivo, que siga apostando por la calidad y que tenga futuro a medio y largo plazo", pero no acepta los "mecanismos" que se establecen, especialmente el arranque, porque "no solucionará los problemas de desequilibrio entre la oferta y la demanda".

"La mayor parte de los países, no sólo productores, sino países consumidores, han entendido la postura que tenemos los países productores porque ellos están viendo que sus mercados están siendo acaparados por vinos del nuevo mundo en detrimento de los vinos europeos", dijo.

Insistió en que el arranque incontrolado de viñedos puede causar daños medioambientales y sociales irreversibles en regiones donde no existen alternativas viables a este cultivo. Además, se mostró "flexible" sobre la supresión de las ayudas a la destilación de crisis, aunque rechazó que se eliminen de forma "drástica" porque dejaría "desarmada" a la administración para paliar los efectos de las variaciones estacionales de la producción.

Espinosa consideró posible lograr un acuerdo entre las comunidades autónomas sobre los objetivos de la reforma de vino, y dijo que el mayor "problema" lo plantea el sector, por lo que pidió "que unos cedan un poco y otros cedan otro poco".

Por su parte, el consejero de Agricultura de Aragón, Gonzalo Arguilé, que estuvo en el Consejo en representación de las comunidades autónomas, señaló también que ve posible el acuerdo porque no hay un gran enfrentamiento. "Lo más dispar son las 600.000 hectáreas de Castilla-La Mancha, y las 60.000 de La Rioja que son sistemas absolutamente distintos pero aún así en Castilla-La Mancha los vinos de calidad están en auge. Yo creo que nos pondremos fácilmente de acuerdo", indicó.

A su juicio, las propuestas del Ejecutivo comunitario representarían un "trauma" para el sector, sobre todo el arranque porque "favorece la erosión y modifica el paisaje". Además, si se fomenta la supresión de los viñedos menos productivos, ello afectaría a la variedad arnacha en Aragón, que es la que permite producir los vinos de mayor calidad. También rechazó la supresión absoluta de las medidas de intervención.