MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las Cámaras de Comercio se mostraron ayer abiertamente favorables a potenciar el papel de la energía nuclear, así como a una revisión de los acuerdos de reparto de cuota de emisión para el cumplimiento de Kioto, como propuestas para crear un modelo energético en España que garantice el suministro energético y la competitividad.
En un informe del grupo de trabajo de Energía de las Cámaras, que fue expuesto por el presidente del Consejo de Cámaras, Javier Gómez-Navarro, el presidente de la Cámara de Toledo y del grupo, Fernando Jerez, y el adjunto al presidente, Guillermo Solana, la organización aboga por un Pacto de Estado por la Energía, impulsado por el Gobierno y los principales partidos políticos, con el objeto de crear un entorno que garantice un modelo sostenible y competitivo.
"El objetivo es crear un debate, ya que si no se garantiza una energía de cantidad, calidad y precio, España va a tener muchos problemas. Una garantía de energía de calidad no puede producir apagones y la energía tiene que tener un precio competitivo", indicó Gómez-Navarro, que adelantó que en enero tendrán lugar unas jornadas en las que participarán todos los integrantes del sector con el fin de promover ese pacto.
Dentro de su estudio, las Cámaras consideran que hay que valorar abiertamente el uso de todas las fuentes energéticas disponibles, especialmente la nuclear, a pesar del discurso contrario que puede abrirse por este hecho en la sociedad .
"En el tema nuclear el mundo económico es bastante uniforme en su opinión, pero el mundo político sabe que se juega el futuro. El ciudadano debe ser consciente de que estamos ante un problema de primera necesidad y debe saber que rechazar la energía nuclear tiene un precio muy alto", destacó Gómez-Navarro.
Y es que el presidente de las Cámaras dejó claro que la energía nuclear no debe ser considerada como "una prioridad, sino que es una necesidad de la que no se puede prescindir". "Hay que empezar a tomar decisiones en inversiones ya. La garantía de suministro de energía fotovoltaica y eólica es muy difícil, y sólo el petróleo, carbón y nucleares lo garantizan", añadió.
Gómez-Navarro, ex ministro de Turismo, aseguró ser consciente de que ningún partido político defiende la energía nuclear, porque la opinión pública está en contra, "pero si se prescinde de ella no se podrá garantizar el suministro, porque no vemos otra alternativa.
REVISIÓN DE ACUERDO DE KIOTO
El informe, además, también deja claro que "es necesaria una renegociación de las asignaciones de cuotas de emisión de Kioto, que impone a la economía española cargas superiores a las de otros países", apuntó Fernando Jerez, quien añadió que igualmente se deben revisar otros acuerdos como el de Burden Sharing Agrement y el Plan Nacional de Asignación.
El Consejo de Ministros, en esta materia, aprobó hoy el Plan Nacional de Asignación de emisión de gases de efecto invernadero para el período 2008-2012, que suponen una reducción anual del 16% respecto a la asignación del Plan 2005-2007 y el 20% respecto a las emisiones producidas por la industria en 2005.
La Cámara, en su estudio, presenta un modelo energético español caracterizado por una creciente demanda, una elevada dependencia del exterior (cercana al 80% frente al 50% de promedio de la UE), con una exclusión de tecnologías como la nuclear por factores sociopolíticos y regulatorios, un complejo desarrollo de infraestructuras y un escaso impulso del mercado y de la eficiencia.
Así, la competitividad, la productividad y el crecimiento económico dependen, en gran medida, de la oferta económica, por lo que es "necesario abrir cuanto antes ese profundo debate", dijo Gómez-Navarro, en busca de un modelo energético eficiente que garantice el suministro y unos precios competitivos.
Dentro de esas propuestas para alcanzar ese modelo sostenible y competitivo en el sector, el informe de las Cámaras pide un desarrollo de nuevas infraestructuras, así como mejoras en el funcionamiento del mercado, para lo que ven prioritario incrementar la interconexión con Francia y desarrollar el Mercado Único de la electricidad y del gas mediante el impulso de la armonización regulatoria de la Unión Europea.
