El consumo de petróleo en España se redujo un 0,9% en 2006, según BP

Actualizado: domingo, 1 julio 2007 17:46


MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

El consumo de petróleo en España disminuyó un 0,9% en 2006, hasta 1,602 millones de barriles diarios, pese al crecimiento de la economía, situándose como el decimosexto consumidor mundial con una cuota de consumo del 2% del total, según los datos del informe 'Statistical Review of World Energy 2007' divulgado por el grupo petrolero británico BP.

Por su parte, el consumo de carbón se redujo un 13,5%, hasta 18,3 millones de toneladas, un 0,6% del consumo mundial, lo que sitúa a España como decimonoveno consumidor.

Por contra, el consumo de gas natural en 2006 creció un 3,2%, hasta 33.400 millones de metros cúbicos, un 1,2% del total de la demanda mundial, que sitúa a España en el puesto 22 entre los países consumidores, mientras que el consumo de energía nuclear aumentó un 4,6% y posiciona al país como el decimoprimer consumidor mundial entre los países que facilitaron los datos referentes a este tipo de energía.

EL CONSUMO ENERGÉTICO SE DESACELERA POR SEGUNDO AÑO CONSECUTIVO

El incremento del consumo de energía en el mundo en 2006 fue del 2,4%, ocho décimas menos del registrado el año anterior, lo que representa una desaceleración por segundo ejercicio consecutivo, aunque el dato todavía se sitúa por encima de la media de crecimiento de los últimos 10 años, según se desprende del 'Statistical Review of World Energy 2007' divulgado por el grupo petrolero británico BP.

El documento destaca que las continuas subidas del precio de la energía se tradujeron en un crecimiento más lento entre los principales importadores de energía a pesar del crecimiento económico. El uso del petróleo, del gas natural y del carbón bajaron, mientras que la energía nuclear y la hidroelectricidad subió ligeramente.

Por otro lado, el informe elaborado por BP indica que el índice de reservas de producción de petróleo y gas no ha cambiado sustancialmente y se mantiene por encima de los 40 y 60 años respectivamente.

Además, pese a un leve descenso en 2006, las reservas de petróleo son todavía un 15% más altas que hace una década, 1,208 miles de millones de barriles, mientras las reservas globales de gas fueron ligeramente superiores a 181 trillones de metros cúbicos, con EEUU y algunos miembros de la OPEP mostrando incrementos.

CAE EL CONSUMO DE PETRÓLEO

El informe de BP destaca que el impacto de la subida del precio del petróleo se ha visto reflejado en una caída de 400.000 barriles por día del consumo de petróleo en la OCDE, la caída más grande de esta agrupación desde hace más de 20 años. El precio máximo llegó a los 78 dólares en agosto, mientras el precio medio de Brent aumentó cerca de una quinta parte, hasta 65,14 dólares el barril en 2006.

Por otro lado, la producción global de crudo subió alrededor de un 0,4 por ciento, hasta los 81,7 millones b/d, aunque para afrontar una demanda débil, la OPEP redujo la producción a finales de 2006 por primera vez en casi dos años.

Por su parte, el consumo de gas, impulsado por la creciente demanda de Rusia y China, creció un 2,5% en 2006, compensando las bajadas en los EEUU y Europa, motivadas por la subida de precios y el tiempo, que ha sido más cálido de lo normal.

La producción de gas liderada por Rusia se ha visto fuertemente incrementada en los últimos años, alrededor del 3%, mientras la producción de Reino Unido cayó por sexto año consecutivo.

El carbón fue el combustible que creció con mayor rapidez debido a la demanda de China, que aumentó un 8,7% y representa cerca de un 70% de la demanda mundial.

Por su parte, los países de la OCDE causaron en buena parte el aumento del 1,4% en la producción de energía nuclear, sobre todo por el incremento de las capacidades de utilización y de mejoras, mientras que la generación de hidroelectricidad estuvo por encima de la media de la década, un 3.2%.

Asimismo, el informe señala que el uso de la energías renovables continúa creciendo rápidamente, un 25% en el caso de la eólica y un 22% el etanol, aunque siguen representando una escasa cuota en la producción global de electricidad y tienen una gran dependencia de las ayudas públicas.