MÉRIDA, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
La planta de generación con biomasa de Mérida, que creará unos 400 empleos, ha comenzado a aportar energía al sistema eléctrico una vez recibido el Acta de Puesta en Servicio Definitiva por parte de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía.
La planta, promovida por Ence, tiene una producción prevista de 160 millones de kWh/año "suficiente" para atender las necesidades de electricidad de cerca de 70.000 personas.
La puesta en marcha de esta central supone, además, un incremento de casi un nueve por ciento en la capacidad instalada de la empresa para producir energía con biomasa, que pasa de 230 a 250 MW, ha indicado Ence en una nota de prensa.
La nueva planta de Ence generará unos 400 empleos, donde hasta 24 de estos puestos de trabajo serán de personal que se encargará de la operación y el mantenimiento de la instalación.
El resto son empleos indirectos e inducidos, "fundamentalmente" en las zonas de campo donde se recogerán las cerca de 150.000 toneladas de biomasa que se emplearán cada año en la planta para producir energía eléctrica.
Técnicos de Ence y de SENER -la empresa que se ha encargado de la construcción de la planta- han trabajado en las últimas semanas para preparar el acoplamiento de la nueva instalación al sistema eléctrico. La planta subirá de forma gradual la energía exportada hasta alcanzar su máxima potencia en las próximas semanas, ha precisa Ence en su nota de prensa.
En este sentido, ha explicado que una vez vierta al sistema eléctrico los 20 MW que puede producir, la nueva central de Ence en Mérida evitará la importación de combustibles fósiles para generación eléctrica en España por valor de 12,5 millones de euros al año.
Asimismo, ha indicado que la central, cuya inversión alcanza los 80,9 millones de euros, ha sido construida de acuerdo con las "mejores técnicas disponibles" recomendadas por la Unión Europea para el transporte, almacenamiento y producción de energía con biomasa.
Entre otras tecnologías, Ence ha destacado la apuesta por un ciclo con recalentamiento y la incorporación de un "eficaz" filtro de mangas para la captación de gases de combustión a la salida de la caldera, que permitirán a Ence cumplir con su objetivo de minimizar el impacto ambiental de sus operaciones.
