MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno alemán apoyó, en contra del dictamen de las autoridades antomonopolísticas alemanas, la fusión entre las compañías energéticas E.ON y Rhurgas al considerar que la protección de la seguridad de suministro "es una función de Estado", a pesar de los perjuicios sobre la competencia derivados de la concentración horizontal de ambas empresas.
Según se desprende de la resolución del Gobierno alemán por la que autorizó la operación, a la que ha tenido acceso Europa Press, sobre estos "mínimos" perjuicios prevalecerían los "relevantes intereses derivados para la generalidad", ya que "la salvaguarda a largo plazo del abastecimiento energético de la República Federal de Alemania tiene que ser admitido como objetivo macroeconómico esencial y ventajoso".
"Las limitaciones a la competencia supuestas por la Oficina Federal de Defensa de la Competencia tienen, desde la perspectiva de la economía en general, una importancia relativamente reducida. En cambio, el interés público en las fusiones y las ventajas para la economía en general resultantes de las mismas serían de mayor peso y, en todo caso, las ventajas prevalecerían sobre los perjuicios", afirma.
El Ejecutivo germano consideró que la fusión aumentaría la competitividad internacional de la nueva empresa, ya que Ruhrgas se beneficiaría de E.ON como "inversor estratégico" al participar en los mercados internacionales de distribución, y Alemania se beneficiaría de la compra de gas natural a precios "ventajosos y con garantías".
"Las (...) limitaciones en la competencia se compensarán con la mejora en la competitividad internacional de Ruhrgas y, en particular, con su fortalecimiento en los mercados de compras internacionales de gas natural y, por lo tanto, con la mejora que se producirá en las garantías del aprovisionamiento alemán de energía. La garantía del abastecimiento de energía tiene una importancia muy relevante desde el punto de vista de la economía política", según argumentó el Gobierno alemán en la resolución.
El Gobierno alemán señaló también la necesidad de que Alemania cuente con "un operador internacional en el sector energético con implantación en territorio nacional y que pueda estar a la altura de competidores que operen a nivel mundial".
Otro de los aspectos que se tuvo en cuenta es que la concentración entre ambas empresas contribuiría a mantener y crear puestos de trabajo en Alemania.
En este sentido, el Gobierno germano consideró que sólo una Ruhrgas competitiva a escala internacional "podría garantizar de forma duradera que los puestos de trabajo directos en la empresa y los puestos de trabajo en las industrias de alta tecnología, así como en la investigación y la docencia en los ámbitos de producción, transporte y explotación permanezcan de forma duradera en Alemania".
Y añadió: "Si Ruhrgas fuese absorbida por un inversor extranjero en lugar de por E.ON, sobre todos los puestos de trabajo de mayor valor serían trasladados al extranjero".
El Gobierno español aprobó un decreto el pasado 24 de febrero por el que se ampliaban las funciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para que pudiera supervisar la OPA de E.ON sobre Endesa teniendo en cuenta su impacto en áreas consideradas estratégicas como la energía nuclear, el carbón, el suministro a las islas y la seguridad de suministro energético.
