La industria química ve "poco tranquilizador" el bloqueo político y la ausencia de presupuestos actualizados

Carles Navarro, presidente de Feique
Carles Navarro, presidente de Feique - FEIQUE - Archivo

Actualizado: lunes, 14 octubre 2019 15:00

Prevé un crecimiento de la facturación del 2,3% este año

MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

La industria química española ha moderado sus expectativas de crecimiento de cara al próximo año, cuando prevé un aumento de su cifra de negocios del 1,9%, como consecuencia de la incertidumbre económica generada por las políticas comerciales arancelarias y por el miedo a que finalmente se ejecute un Brexit duro.

Así lo ha trasladado el presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) y director general de BASF, Carles Navarro, en un encuentro con los medios para dar a conocer las previsiones del sector de cara al año 2020 y también respecto a este año, cuando espera que la industria crezca un 2,3%.

Esta cifra supone una facturación total de 67.165 millones de euros, un importe que aumentará hasta los 68.447 millones de euros en 2020, lo que supone una desaceleración del crecimiento de cuatro décimas porcentuales. No obstante, el sector habrá acumulado en el periodo 2007-2020 un alza del 37,6%, lo que se traduce en 19.000 millones más en 13 años.

A pesar de que las perspectivas globales de Feique para 2020 no se articulan sobre el peor contexto posible, es decir con un Brexit sin acuerdo, la federación sí ha tenido en cuenta la imposición de aranceles específicos a determinados subsectores que incidirán negativamente en la actividad exportadora y en los márgenes en el intercambio comercial.

Sin embargo, Navarro ha lanzado un mensaje de optimismo al aclarar que no ve una recesión, sino una desaceleración. "El consumo de las personas ha descendido, pero tenemos datos que apuntan a que la tendencia de descenso se va a revertir, mientras que se prevé que la inversión siga creciendo más rápido que el PIB", ha argumentado.

Además, Navarro ha hecho hincapié en un aspecto en el que la economía española se ha fortalecido a lo largo del periodo de crisis, que es la internacionalización, por lo que considera que el país se encuentra "en una mejor situación que en 2008, en la que había una elevada inversión en el sector inmobiliario y una gran deuda privada".

300 MILLONES DE EUROS, EL COSTE DE UN BREXIT DURO

Sin embargo, ha advertido de que la mayor amenaza para el futuro a corto y medio plazo reside en los mercados exteriores y en las economías globales como consecuencia de las políticas proteccionistas y activación de medidas arancelarias y no arancelarias, que podrían restringir la demanda en los mercados internacionales.

De hecho, aunque estas tasas no se están aplicando directamente al sector químico, sí lo están haciendo a dos de sus principales industrias demandantes, la automoción y el agroalimentario, lo que podría acabar afectando al sector.

En concreto, Feique ha valorado en 300 millones de euros el coste máximo para el sector, en el caso de que se produzca un Brexit duro, que se explica, fundamentalmente, por los aranceles. Las exportaciones químicas al Reino Unido alcanzaron el año pasado los 1.770 millones de euros y, a la espera de los acontecimientos, espera un incrementado superior al 15% este año, hasta los 2.040 millones de euros.

En total, el sector prevé exportar productos químicos por un valor de 39.044 millones de euros este año, lo que supone un avance del 3,5%. Para el próximo año, de igual forma que ocurre con el conjunto de la producción, la patronal espera una moderación del crecimiento de las exportaciones hasta el 2,5%.

Así, el año que viene, las previsiones apuntan a un valor conjunto exportado de 40.020 millones de euros, una cifra que supone hasta el 57,5% de las ventas del sector químico español.

Las razones de esta moderación también se encuentran en las recesiones técnicas que se están produciendo en Italia y Alemania, ambos mercados "muy importantes" para el conjunto de la economía española. En el caso del sector químico, la demanda de estos sectores absorbe el 11% de la producción española y son, respectivamente, el segundo y tercer país destino de las exportaciones.

En todo caso, Feique ha advertido de que, más allá de los efectos negativos directos que la situación de ambos países pueden comportar a la industria química, son los efectos indirectos y colaterales sobre la propia economía de la Eurozona y las consecuencias negativas sobre la actividad productiva en todo el área "lo que podría generar mayor riego".