El Bundesbank gana un 69% menos en 2016 al elevar sus provisiones ante el riesgo de las compras del BCE

Publicado: jueves, 23 febrero 2017 14:19

FRÁNCFORT (ALEMANIA), 23 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Bundesbank ha cerrado el ejercicio 2016 con un beneficio neto de 963 millones de euros, una cifra que supone dividir por tres sus ganancias del año anterior y el peor resultado del banco central de Alemania desde 2012 como consecuencia del impacto de las mayores provisiones realizadas por la institución para hacer frente al mayor riesgo derivado de los activos acumulados a través de los distintos programas de compra auspiciados por la política monetaria del Banco Centra Europeo (BCE).

En concreto, la entidad ha incrementado sus provisiones por riesgo en 1.800 millones de euros, hasta un total de 15.400 millones, algo que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, atribuyó principalmente al aumento del riesgo por los tipos de interés a raíz del "creciente volumen de activos acumulado bajo los distintos programas de compra de la política monetaria, que han sido tomados en consideración por primera vez en el ejercicio fiscal 2016".

De este modo, como consecuencia de esta asignación de reservas, las ganancias a distribuir por el Bundesbank al Gobierno Federal de Alemania se verá reducido este año a 399 millones de euros, frente a los 3.189 millones correspondientes al ejercicio 2015, la menor cantidad para las arcas públicas germanas desde 2004.

"El beneficio de este año es menor que en 2015 porque el Bundesbank incrementó sus provisiones de riesgo", explicó Weidmann, señalando los crecientes desequilibrios en el balance de la entidad entre activos a largo plazo y pasivos a corto. "Durante muchos años, el Bundesbank solo obtendrá un tipo de interés muy bajo por valores a largo plazo adquiridos bajo los programas de compra y otras ooperaciones de refinanciación a largo plazo, mientras que en el futuro podría tener que abonar a las entidades de crédito mayores intereses por sus depósitos", indicó el banquero germano.

Por otro lado, el Bundesbank indicó que la mayor fuente de beneficio de la institución durante el pasado ejercicio fueron los ingresos por intereses, que alcanzaron un total de 3.704 millones de euros, frente a los 3.260 millones de 2015, un incremento relacionado en gran parte con el cobro de intereses negativos por los depósitos, que habían registrado un significativo aumento.

Asimismo, la institución informó de que sus activos en balance aumentaron durante el año hasta los 1,39 billones de euros, un 37,6% más que un año antes, triplicando así el volumen de activos de la entidad antes de la crisis, principalmente por la compra de bonos soberanos alemanes en el marco del programa de adquisión de activos públicos del BCE.

APOYA LA POLÍTICA DEL BCE, PERO QUIERE ABRIR LA PUERTA AL DEBATE.

En la rueda de prensa de presentación de las cuentas del Bundesbank, el presidente del banco central de Alemania ha expresado su respaldo a la política monetaria acomodaticia aplicada por el BCE en un entorno en el que la recuperación económica parece afianzarse, pero existen diversos elementos de incertidumbre, aunque se ha mostrado partidario de abrir un debate sobre cuándo comenzar a "retirar el pie del pedal monetario", así como si es momento para introducir cambios a las directrices de futuro que la entidad presidida por Mario Draghi ofrece a los inversores regularmente.

"Indudablemente, una política monetaria acomodaticia sigue siendo apropiada, aunque las opiniones difieran sobre el grado de acomodación", apuntó Weidmann, subrayando la oportunidad de plantear "cuándo se puede levantar el pie del pedal monetario" y preguntándose si el Consejo de Gobierno del BCE no debería adpatar sus directrices sobre el futuro de la política monetaria para comunicar "manera más simétrica", lo que podría hacerse no indicando únicamente la opción de relajar aún más la política monetaria si fuera necesario.

El presidente del Bundesbank recordó su postura crítica con respecto a las compras de bonos soberanos a gran escala emprendida por el BCE y advirtió de que la línea que separa la política monetaria y la política fiscal cada vez es más borrosa, a medida que los costes de financiación d elos gobiernos son cada vez más directamente dependientes de las decisiones de política monetaria.

"En el actual entorno de bajos tipos de interés, algunos ministros de Finanzas podrían considerar sus presupuestos más sostenibles de lo que serían en un entorno más normal de fijación de tipos de interés", advirtió Weidmann, quien añadió su preocupación por el hecho de que algunos países de la eurozona, a pesar de tener niveles de endeudamiento elevados, hayan aprovechado el alivio de la presión sobre las arcas públicas para acelerar su gasto.

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