DELFOS (GRECIA), 23 Jul. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Lucas Papademos, destacó hoy la independencia de la entidad emisora europea y su compromiso con la estabilidad de precios como factores fundamentales en el éxito alcanzado por el euro en sus primeros ocho años de existencia.
En el transcurso de una conferencia en el Centro de Cultura Europea de Delfos (Grecia), Papademos, defendió que el euro ha sido posible como moneda sólida y creíble aun careciendo de Estado, gracias al diseño de la Unión Monetaria Europea en la que se contempla la dicotomía de una política monetaria supranacional junto a políticas estructurales a nivel nacional, combinadas en un marco en el que se incluyan objetivos claros de las políticas, instrumentos apropiados y compromisos creíbles.
El vicepresidente del BCE destacó que la independencia de la entidad y su orientación clara hacia la estabilidad de precios son elementos sólidos y bien fundamentados, pese a los puntos de vista alternativos expresados ocasionalmente".
Asimismo, Papademos indicó que, hasta la fecha, el acuerdo institucional ha funcionado bien, puesto que los precios se han mantenido estables junto a unas condiciones favorables de financiación, mientras que las expectativas de inflación a medio y largo plazo "han permanecido también firmemente ancladas" a la definición de estabilidad dada por la institución.
Por otro lado, el vicepresidente de la entidad emisora indicó que la eurozona disfruta de un crecimiento sólido que permanecerá robusto en los próximos trimestres, mientras que el desempleo ha bajado a sus niveles más bajos desde la introducción del euro.
Sin embargo, el mandatario del BCE afirmó que hay una serie de medidas que los legisladores deben tener en cuenta, entre las que se incluyen el aumento de la competitividad en el sector servicios, flexibilizar el mercado laboral y mejorar la eficiencia del gasto público.
Asimismo, Papademos recordó que "la política monetaria en la zona euro no se puede, ni se debe, utilizar para aliviar los efectos de las diferencias regionales" y recomendó la "asunción de reformas estructurales y económicas en los diferentes estados miembros para hacer frente a cualquier evolución adversa de la inflación, así como a pérdidas de competitividad específicas".
