LONDRES, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha confirmado el rating 'A-' de Italia, con perspectiva 'negativa', debido a que el Gobierno de Mario Monti está cumpliendo con las expectativas en materia de reformas y consolidación fiscal, según informó la agencia en un comunicado.
En concreto, Fitch destaca que los progresos realizados por Italia en materia de consolidación fiscal y reformas estructurales en 2012 están en general en línea con sus expectativas, y considera que el déficit se situará por debajo del 3% del PIB al concluir el año, con un superávit primario cercano al 3%.
Así, señala que el país cuenta con una posición presupuestaria estructural que es cercana a la necesaria para estabilizar el ratio de deuda pública respecto al PIB, así como con un sistema de pensiones que respalda la confianza en la solvencia a largo plazo de su economía. Además, los riesgos contigentes fiscales derivados del sector bancario son "bajos".
En esta línea, añade que el país ha demostrado su flexibilidad financiera y su resistencia durante la crisis e incide en que el programa de compra de deuda del Banco Central Europeo (BCE) ha ayudado a aliviar las tensiones en los bonos soberanos, incluidos los de Italia.
"El rating sigue estando apoyado por una economía diversa, relativamente rica y con un alto valor añadido junto con unos moderados niveles de endeudamiento del sector privado", agrega la agencia, que prevé que el país crezca un 1% en el medio plazo.
Respecto a la perspectiva 'negativa', refleja que podría rebajar el rating si el país no logra colocar el ratio de deuda bruta en una firme senda descendente a partir de 2014, así como en el caso de que continúe la inestabilidad en el Gobierno tras las próximas elecciones o se mantenga la incertidumbre en las políticas económicas o fiscales.
Otros motivos que también podrían llevar a la agencia a recortar la nota de Italia serían una recesión más profunda y duradera de la prevista que socave los esfuerzos de consolidación fiscal o un deterioro sostenido de sus condiciones de financiación.
Asimismo, tampoco sería positivo para su calificación una reintensificación de la crisis de la eurozona, que podría debilitar la economía a través de una caída de la demanda externa y unas condiciones de financiación más desfavorables para el sector privado.
Por el contrario, podría cambiar a 'estable' la perspectivas si se produce una recuperación económica sostenida que apoye la consolidación fiscal, si el ratio de deuda entra en una senda descendente, si se ponen en marcha más reformas estructurales para mejorar el crecimiento y la competitividad o si se forma tras las elecciones un gobierno estable comprometido con la senda de consolidación fiscal.
