WASHINGTON, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Tesoro de Estados Unidos ha recomendado preservar el régimen de resolución bancaria ordenada (OLA, por sus siglas en inglés) incluida en la ley Dodd-Frank de 2010 implementada por Barack Obama tras la crisis financiera, en virtud de la cual se permite a los reguladores intervenir y liquidar un banco en quiebra, según se desprende de un informe sobre la reforma financiera divulgado por el gabinete tras ser llamado a examen el pasado mes de abril por el presidente Donald Trump.
"El Tesoro recomienda mantener el OLA como una herramienta para su uso bajo circunstancias de emergencia extraordinaria", indicó el gabinete, al tiempo que ha instado al Congreso a llevar a cabo una extensión del código de bancarrota que reconozca y se adapte a las instituciones financieras más grandes.
Esta ley, que establece que las entidades deben ser liquidadas por autoridades administrativas bancarias y no por un juzgado de quiebras, cuenta también con el bail-in (rescate interno mediante recapitalización) como herramienta. De esta forma, las pérdidas de la entidad deben ser asumidas por los accionistas y, en última instancia, usar dinero público.
No obstante, la disposición OLA de Dodd-Frank otorga a los reguladores ciertos poderes especiales para liquidar una entidad compleja de manera ordenada, lo que incluye el uso de fondos públicos. Estos mecanismos de resolución especiales se establecieron para hacer frente al colapso de un gran banco después de que la caída de Lehman Brothers dejara en evidencia que la legislación base no era suficiente.
En suma, el gabinete del Tesoro de EEUU reconoce en el documento los riesgos de prescindir de la OLA, aunque también subrayó que tiene "defectos graves" que deberán ser reformados. Entre otros aspectos, se recomienda la reforma del régimen para limitar su uso, reducir los poderes discrecionales o minimizar el uso de los fondos de los contribuyentes.
"Las recomendaciones del Tesoro buscan garantizar que nuestro sistema financiero sea resistente a la vez que protege a los contribuyentes y promueve la disciplina de mercado", aseguró el secretario del gabinete, Steven Mnuchin. "La política de este Gobierno es claro: no toleraremos los rescates financiados por los contribuyentes", subrayó.
Las conclusiones del Tesoro serán bien recibidas por el sector bancario y los reguladores externos, que presionaron al departamento para proteger el mecanismo, pues consideraban que el cese de este régimen podría aumentar el riesgo sistémico y la visión de que los bancos estadounidenses son menos seguros, lo que llevaría a unas exigencias de capital mayores.
