Independientemente del método de pago, la mayor medida de seguridad reside en lavarse las manos y extremar las medidas de higiene
MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
Los establecimientos, tiendas, bares y locales comerciales del territorio nacional que esta semana pasan a la fase 1 de la desescalada podrán aceptar pagos con dinero en efectivo "con total seguridad", siempre y cuando se adopten las medidas higiénicas necesarias.
Así lo recuerda la Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad (Aproser), entre las que se encuentran representadas Prosegur, Loomis, Ilunion, Securitas o Eulen, aludiendo en un comunicado a la "desinformación" que hay en torno al grado de contagio por la utilización de los billetes y monedas.
La patronal incide en que vincular el riesgo de contagio de Covid-19 con el efectivo no tiene ninguna evidencia científica y así lo ha hecho saber la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversos organismos nacionales e internacionales y autoridades monetarias, como el Banco Central Europeo o el Centro Superior de Investigaciones Científicas de España.
"De cara a las próximas aperturas y fases de desescalada que avanzan hacia una 'nueva normalidad' y ante la incertidumbre y desconocimiento en muchos comercios y establecimientos sobre las medidas de seguridad que han de adoptar, desde Aproser se recuerda que el dinero en efectivo debe considerarse un sistema de pago tan válido como cualquier otro para retornar progresivamente hacia la normalidad", defiende Aproser.
De hecho, estudios anteriores sobre la pervivencia del virus indicaban que la duración en papel (billete) es incluso menor que en el plástico (tarjeta), siendo este uno de los materiales donde más persiste el Covid-19. No obstante, la mayor medida de seguridad reside en lavarse las manos y extremar las medidas de higiene, independientemente del método de pago utilizado.
IMPACTA EN LOS COLECTIVOS MÁS VULNERABLES
A todas estas conclusiones se une el hecho de que el efectivo es un medio de pago "universal e inclusivo" que favorece la confianza de los ciudadanos, que optan por el efectivo de forma mayoritaria para hacer frente a importes de menos de 20 euros, sobre todo en los sectores más vulnerables, que se encuentran menos bancarizados, y en pensionistas.
Desde el punto de vista del vendedor, la asociación advierte que la limitación del uso del efectivo incide de forma directa en la competitividad de los pequeños comercios, que, en una situación "ya de por sí especialmente crítica", se verían obligados a realizar inversiones adicionales en plataformas de pago.
En general, asegura que condiciona la libertad de los ciudadanos que legítimamente no quieren asumir los costes adicionales que implica tener y mantener una tarjeta bancaria, de quienes atribuyen una especial relevancia a su privacidad o de quienes controlan de forma más eficiente su economía familiar mediante el uso del efectivo.
INICIATIVA EN ESTADOS UNIDOS
Por todo ello, en Estados Unidos varias asociaciones y grupos empresariales se han unido recientemente para crear una organización de consumidores en defensa de los pagos en efectivo (CCPC, por sus siglas en inglés), para abogar por la elección del consumidor y por preservar su derecho a usar efectivo para pagar los bienes y servicios en el mercado.
En concreto, una de las prioridades para la entidad es apoyar la aprobación de una ley presentada en el Congreso el año pasado para prohibir, por primera vez, que haya establecimientos minoristas que no ofrezcan la posibilidad del pago con monedas y billetes físicos.
