MADRID, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El director del Instituto de Macroeconomía y Finanzas (IMF), David Taguas, ha asegurado que el nuevo impuesto sobre los depósitos bancarios resultaría "especialmente negativo" en estos momentos, porque penalizaría el ahorro de las familias.
En una nota de análisis, Taguas explica que los depósitos bancarios constituyen la fuente más directa y primaria de la liquidez bancaria, que se vería afectada negativamente al desviarse el flujo a alternativas menos penalizadas fiscalmente.
Además, en condiciones de competencia perfecta, Taguas cree que el precio iguala el coste marginal, por lo que un impuesto que grave los depósitos sería trasladado en su integridad al precio de los mismos y será soportado íntegramente por las familias.
Así, el IMF cree que este impuesto reduciría aún más los incentivos para ahorrar en una situación de "extrema gravedad", caracterizada por una necesidad de ahorro nacional para reducir la fuerte dependencia que tiene la economía española del ahorro externo.
El Gobierno ha decidido aprobar un impuesto nacional tipo cero a los depósitos sin efectos impositivos en la práctica, más allá de impedir usar la figura a las comunidades. Pero, recientemente se discute establecer un tipo entre el 0,3% y el 0,5%.
Así, si un ciudadano se enfrenta a la decisión de optar, entre consumo o ahorro, respecto a una renta de 100 euros y opta por consumir, pagará, como impuestos sobre el consumo, el tipo efectivo medio, que en España se sitúa próximo al 18% tras las subidas del IVA. Por lo tanto, podría alcanzar un consumo de bienes y servicios de 82 euros.
En cambio, si opta por el ahorro mediante un depósito bancario a un año, el interés del mismo dependería de su importe y del poder de negociación del ahorrador frente a la entidad, pero oscilaría entre el 2,5% y el 4%.
En este caso, tendría los siguientes impactos fiscales: un impuesto sobre las rentas de capital de entre el 21% y el 27%; un impuesto sobre el patrimonio entre el 0% y el 2,5%, según su nivel de renta y la comunidad donde resida; y el impuesto a los depósitos, si se instaura, entre el 0,3% y el 0,5%. A esto habría que añadir la inflación, que podría situarse entre el 2 y el 3%.
Tras pagar los impuestos y descontar la inflación, el ahorrador tendría disponible para el consumo dentro de un año entre 79,55 y 81,74 euros y, si se aplica una tasa de descuento real del 4%, por aplazar el consumo un año, obtendría entre 76,49 y 78,59 euros de consumo de hoy.
