Los contratos de aprendizaje de más de un año son un "trampolín muy potente" para el empleo fijo, según Fedea

Joven aprendiz en Seat
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Publicado: jueves, 13 septiembre 2018 14:13

Uno de cada cuatro aprendices logran ser indefinidos al finalizar el segundo año, frente a uno de cada 100 contratados de manera temporal

MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -

Estar empleado con un contrato de formación y aprendizaje durante varios años mejora "considerablemente" la empleabilidad de los jóvenes y sus posibilidades de acceder a un empleo indefinido, con independencia del nivel educativo previo, según un informe de Fedea y de J.P. Morgan en el que se detectan efectos positivos para quienes han tenido este tipo de contratos en lo que respecta a la duración de sus empleos posteriores y a las tasas de salida del desempleo, siempre y cuando el contrato dure al menos 18 meses.

"El contrato de formación y aprendizaje es un trampolín muy potente al empleo indefinido", ha subrayado en rueda de prensa el investigador de Fedea Marcel Jansen, quien ha apoyado esta afirmación en datos: entre el 25% y el 35% de los jóvenes que tienen contratos de formación y aprendizaje consiguen un empleo indefinido al finalizar el segundo y tercer año de contrato, frente al 1% de los jóvenes que logran esto mismo habiendo sido contratados con un contrato temporal de la misma duración.

Ahora bien, aunque el estudio demuestra que los contratos de aprendizaje con una duración mínima de 18 meses ayudan a la inserción laboral de los jóvenes, les sacan antes del desempleo y aceleran su acceso a un empleo fijo, el problema es que en España se hacen muy pocos contratos de este tipo y que menos del 10% de ellos duran más de un año. De hecho, en la práctica, menos de una quinta parte de los aprendices llega a tener un contrato de aprendizaje de dos o más años. Así, para que tengan un efecto significativo y positivo para la inserción laboral de los jóvenes, los contratos de aprendizaje deberían superar al menos los 18 meses, según Fedea.

En este sentido, Jansen ha explicado que participar en un contrato de aprendizaje de tres años de duración "duplica" las posibilidades de conseguir un contrato indefinido en un periodo de siete años frente a los que acceden al mercado laboral con un contrato laboral de la misma duración.

En porcentajes, esta afirmación se traduce en que cerca del 80% de las personas que arrancan su vida laboral con un contrato de aprendizaje de tres años de duración encuentran un empleo indefinido en los primeros siete años, en contraste con el 40% de los que lo consiguen habiendo entrado al mercado laboral como trabajadores temporales. Jansen señala que esta diferencia se explica por la conversión del contrato de aprendizaje en un contrato indefinido dentro de la misma empresa.

Los contratos de formación y aprendizaje están destinados a jóvenes de entre 16 y 25 años (hasta 30 años mientras que la tasa de paro supere el 15%), que no tengan cualificación para un contrato en prácticas. Su duración mínima es de un año (seis meses por convenio colectivo) y la máxima, de tres años. Los contratados reciben un salario cuya cuantía no puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y las empresas que los efectúan cuentan con bonificaciones a la Seguridad Social.

Aunque esta modalidad de contrato ha sido modificada en dos ocasiones durante la crisis, actualmente se está debatiendo una nueva reforma del mismo en el diálogo social. En este contexto, Fedea recomienda al Gobierno y los agentes sociales mantener el límite máximo en la edad de los contratados en 30 años, aumentar la duración del contrato de aprendizaje, no diluir la calidad de la formación que se presta y que el apoyo económico que reciben los aprendices se prolongue durante todo el programa o se pague al final para evitar abandonos prematuros.

Para Fedea, es necesario evitar que la diferencia en las condiciones económicas de los estudiantes de Formación Profesional (FP) dual, que reciben una beca, y los aprendices con contrato de aprendizaje, que cobran un salario, desincentive a los jóvenes a obtener un título en educación secundaria o FP.

BUENOS RESULTADOS DE LA FP DUAL EN SUS CINCO AÑOS DE VIDA

Los contratos de aprendizaje constituyen el segundo pilar de la FP dual, que en sus apenas cinco años de vida ha logrado unos resultados muy positivos a tenor de otro informe presentado hoy por Fedea en el que se analiza la experiencia de esta modalidad en la Comunidad de Madrid en comparación con la FP presencial, un modelo mucho más consolidado.

De acuerdo con este segundo estudio, los graduados en Madrid en FP dual presentan indicadores "sustancialmente mejores" que los graduados en FP presencial tanto a la hora de insertarse en el mercado laboral, como en el número de horas trabajadas, acceso a un mejor contrato e ingresos.

Así, en promedio, los graduados en FP dual acumulan un 27% más de días de trabajo durante el primer año y la diferencia de ingresos respecto a los graduados en FP presencial alcanza el 32%. En cambio, Fedea no aprecia diferencias significativas en el salario por hora ni en tasas de retención, esto es, en el porcentaje de aprendices que obtienen un empleo en su empresa de formación.

La FP presencial contempla prácticas de tres meses en una empresa al final del segundo año, mientras que la FP dual establece que dichas prácticas sean de al menos un tercio. En Madrid, el modelo es el siguiente: un año en un centro formativo y el segundo año en una empresa. En cuanto al resto de comunidades, la mayoría alterna entre la formación en el centro y en la empresa.

Según Fedea, los ciclos de FP dual atraen a mejores alumnos que los de FP presencial y a menos mujeres, que optan más por la FP presencial. En algunos de los ciclos formativos vinculados a industrias manufactureras, los graduados de FP dual trabajan casi el doble que los de sus compañeros en FP presencial.

"La FP dual no funciona mal, sino todo lo contrario. Ya está dando los mismos resultados en promedio que la FP presencial", apunta Jansen. También advierte de que muchos alumnos optan por la FP presencial en lugar de por la dual por el tiempo que se pierde en los traslados. "Una media hora de traslado reduce la posibilidad de entrar en la FP dual en un 40%", explica.

En la Comunidad de Madrid se han detectado trasvases de una FP a otra por falta de información, un tema sobre el que también hace hincapié Fedea. De cara a futuros cambios en la FP dual, Fedea apuesta por adaptar los ciclos a las necesidades de las empresas, proporcionar formación de calidad y ayudar a las pymes a implantar el sistema, pues constituyen la mayoría del tejido productivo en España.