UGT rechaza que el Gobierno destine 3.700 millones a bonificar la contratación

Pepe Álvarez
EUROPA PRESS
Actualizado: lunes, 6 junio 2016 17:16

MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

UGT ha rechazado este lunes que el Gobierno destine más de 3.700 millones de euros para bonificar la contratación cuando cualquier tipo de subvención a la contratación de desempleados supone "una mera transferencia de rentas desde el presupuesto público a las empresas sin beneficios reales sobre el empleo ni sobre los colectivos de desempleados incentivados".

En una nota, el sindicato señala que desde 2014 el Gobierno ha ido aumentando el presupuesto destinado a las bonificaciones para el fomento del empleo en más de 400 millones y las reducciones en cotizaciones sociales a más de 200 millones de euros entre 2015 y 2016.

UGT critica que para este año se destinen entre bonificaciones y reducciones a las cotizaciones sociales más de 3.700 millones de euros -más de la mitad del presupuesto destinado a políticas activas-, cuando "podrían emplearse en políticas mucho más eficaces para mejorar la situación de los desempleados".

En este sentido, denuncia que el grado de eficacia de los incentivos a la contratación es "considerablemente bajo", pero su coste sin embargo es "extraordinariamente elevado". "Consume elevadas sumas de los presupuestos públicos que podrían destinarse a políticas mucho más eficaces para mejorar la situación de los desempleados", apunta.

DENUNCIA EL "ATENTADO" CONTRA LA SOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES.

De hecho, añade que los incentivos a la contratación en España se han "comido" cerca de un tercio del presupuesto anual de las políticas activas de empleo "impidiendo que se pusiera en pie un verdadero sistema de políticas de superación real de los problemas de los desempleados".

También denuncia que "el reciente sistema de financiación de las ayudas a la contratación ideado por el PP carga el coste de estas ayudas contra los ingresos de la Seguridad Social, acentuando su desequilibrio económico, sobrecargando el recurso al Fondo de Reserva y atentando contra la sostenibilidad del sistema de pensiones".

El sindicato advierte de que los incentivos a la contratación "no generan empleo, se limitan a producir una reducción de los costes laborales de los contratos bonificados y, como máximo, facilitan el desplazamiento o sustitución de unos trabajadores (no incentivados) por otros (incentivados) en el proceso de contratación". Además, una vez que finalizan las ayudas, "el empresario opta, en muchos casos, por deshacerse del trabajador con contrato bonificado", explica.

INCENTIVOS "INEFICACES, DIFUSOS Y HETEROGÉNEOS".

En este sentido, advierte de que esos incentivos se extienden cada vez más hacia los contratos temporales, los contratos a tiempo parcial y los contratos formativos, hasta abarcar ya "casi todo tipo de contratación" y se hacen "más amplios, difusos y heterogéneos".

Para UGT, los incentivos a colectivos desfavorecidos como los de los jóvenes o los mayores de 45 años "no son acertados" porque se trata de grupos "demasiado amplios donde no todos los integrantes son difícilmente empleables".

Esta generalización conlleva, en muchos casos, que los incentivos tienen elevado "peso muerto", por el que se contrata "mucho más a quienes menos problemas de empleabilidad tienen y que no se aborda la verdadera causa de los que sí tienen dificultades de empleabilidad".

En cuanto a los incentivos a la contratación de parados de larga duración, apunta que "como mucho" suelen conseguir que se contrate al desempleado por cortos periodos (el que duran las bonificaciones) para a continuación volver al desempleo por otro largo periodo.

Con respecto a las ayudas a la contratación indefinida, considera que resultan "ineficaces" mientras simultáneamente no se corrija la utilización fraudulenta de los contratos temporales para actividades estables.

UGT subraya que la mejor forma de usar la "enorme" cantidad de recursos que se destinan a abaratar a las empresas la contratación laboral es la creación de empleo de calidad, a través de una política económica que desarrolle otro modelo productivo "más basado en conocimiento, inversión y tecnología".

Igualmente, ve necesario una regulación del mercado de trabajo que impida la "precarización contractual y despidos injustificados" y unas políticas activas de empleo "bien dotadas, eficaces y personalizadas que resuelvan los problemas de formación y cualificación de los desempleados e igualen sus oportunidades ante el empleo".