MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) - El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha indicado, en la presentación del informe, que la previsión de crecimiento para este año no incorpora ningún efecto de las tensiones políticas en Cataluña y, a pesar de que por el momento no se percibe "ninguna reacción negativa" en los mercados financieros, sí añade un "elemento de incertidumbre" a futuro. Preguntado acerca de si el Banco de España ha percibido algún movimiento en la evolución de los depósitos en los bancos catalanes, Hernández de Cos ha indicado que no se ha observado "ninguna anomalía". En el escenario internacional, la autoridad monetaria también apunta que existen ciertos focos de "riesgo geopolítico", y menciona la salida de Reino Unido de la UE y las políticas económicas en algunas economías avanzadas, como el caso de las "dudas" en torno al curso futuro de la política fiscal estadounidense. También apunta la incertidumbre sobre la evolución del tipo de cambio del euro. A pesar de estos riesgos, el Banco de España afirma que la economía española ha seguido creciendo a un ritmo "elevado" en el tercer trimestre del año, con un repunte del PIB del 0,8%, lo que supone una "ligera" desaceleración de una décima frente a la tasa observada en el trimestre anterior. Este menor crecimiento, apunta, se debe a la moderación de los ritmos de creación de empleo y de los flujos comerciales netos, tras su comportamiento especialmente favorable al inicio de la primavera. Con todo, mantiene que el PIB crecerá este año un 3,1%, una décima por encima de la previsión oficial del Gobierno, que ya ha anunciado que la revisará al alza, y se moderará al 2,5% en 2018 y al 2,2% en 2019, por lo que continuará la fase expansiva, apoyada en la "corrección de los desequilibrios", como las mejoras de la competitividad y la caída del sobreendeudamiento de familias y empresas que, según el Banco de España, confieren "bases sólidas" para que la recuperación se prolongue en el tiempo. Según la autoridad monetaria, el crecimiento de la economía seguirá sustentándose en el "dinamismo" de la demanda nacional apoyada, a su vez, en la mejora de la posición patrimonial de los agentes privados y en las condiciones financieras favorables. En concreto, crecerá un 2,5% en 2017, y se desacelerará al 2,2% en 2018 y al 1,9% en 2019, las mismas estimaciones que en junio, al tiempo que el consumo privado seguirá apoyándose en la "robustez" del proceso de creación de empleo. También es menor el crecimiento proyectado ahora para las importaciones, que repuntarán un 5% este año (ocho décimas menos), un 4,1% al año siguiente (cuatro décimas menos) y un 4,2% en 2019 (tres décimas menos). Según el Banco de España, este crecimiento es menor del que cabría esperar por la demanda interna, lo que refleja que se está produciendo una "cierta sustitución" de producción nacional por compras al exterior. Lo que sí mejorará claramente respecto a las proyecciones del Banco de España en junio es la tasa de paro, que acabará este año en el 16,3%, dos décimas menos que lo estimado hace tres meses, y se reducirá al 14,4% en 2018 (tres décimas menos) y al 12,9% en 2019 (también tres décimas menos). Por último, mantiene las previsiones sobre la evolución del déficit público para este año, que sitúa en el 3,2% del PIB, una décima más que el dato comprometido con Bruselas, al tiempo que eleva una décima, al 2,6%, la estimación para 2018 y mantiene en el 2,1% la de 2019. Así, estima que el tono de la política fiscal sería aproximadamente neutral en este periodo, tras la orientación expansiva de 2015 y 2016.