BRUSELAS, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha afirmado este viernes que los países del euro deben seguir trabajando "en casa" para hacer frente al "legado de la crisis" e impulsar medidas que reduzcan el desempleo y la deuda y al mismo tiempo impulsen el crecimiento económico y la competitividad de cada socio.
"Necesitamos seguir trabajando en casa en el legado de la crisis. Esto significa reducir los préstamos dudosos, reducir la deuda, el desempleo, pero también impulsando políticas que aumenten nuestro PIB y nuestra competitividad, de forma que cada país y la eurozona en su conjunto puedan progresar", ha expresado a su llegada a la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, salvo Reino Unido.
El portugués actualizará a los Veintisiete sobre los avances conseguidos por los ministros de Finanzas de la eurozona sobre medidas para fortalecer la arquitectura de la única. Se espera que los líderes europeos den su visto bueno a la creación de una red de seguridad para el Fondo Único de Resolución Bancaria (FUR).
No obstante, el presidente del Eurogrupo ha advertido de que el trabajo "no está hecho", ni siquiera tras las decisiones que adoptarán hoy los jefes de Estado y de Gobierno. "Esperamos recibir nuevos mandatos para continuar trabajando en temas importantes", ha dicho, aunque también ha asegurado que este viernes se darán pasos "muy significativos" para fortalecer la eurozona.
En concreto, ha detallado que el Eurogrupo tendrá que acordar "nuevos instrumentos" para el MEDE -el fondo europeo de rescates" y establecer una "hoja de ruta" sobre las "conversaciones políticas" para poner en marcha un fondo europeo de garantía de depósitos.
Por último, el portugués ha destacado que los ministros de Finanzas de la zona euro debatirán también en los próximos meses la propuesta de Francia y Alemania de incorporar un presupuesto de la eurozona dentro del próximo marco financierio plurianual de la UE.
En el debate sobre el euro de este jueves participan todos los países de la UE salvo Reino Unido, incluidos aquellos que no son parte de la moneda única, aunque las decisiones deben recibir el visto bueno de los socios de la divisa común.
