BRUSELAS, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, ha comunicado que no podrá acudir por problemas de agenda al debate en el pleno de la Eurocámara sobre el rescate de Grecia del próximo martes, pocos días después de la polémica surgida por los comentarios en los que acusó a los países del Sur de gastar dinero en "alcohol y mujeres", por la que los grandes grupos políticos han pedido su dimisión.
El también ministro de Finanzas de Países Bajos ha respondido así en una carta a la invitación remitida este miércoles por el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani. En ella, el socialdemócrata insiste en varias ocasiones en que ya había comunicado a la Eurocámara sus problemas de agenda.
"Gracias por su carta del 29 de marzo invitándome a la sesión plenaria del 4 de abril. Hemos tenido varios intercambios sobe el asunto antes", afirma el holandés en la carta. "Desafortunadamente, como ya indicaron mis servicios la semana pasada, no estoy disponible en esa fecha", añade después.
El presidente del Eurogrupo ha confirmado su "voluntad" de comparecer ante la Eurocámara para debatir sobre el rescate de Grecia "en un futuro pleno" y ha insistido en que acudió a la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo el pasado 21 de marzo a un intercambio sobre la misma cuestión.
"Espero que podamos encontrar un momento más adecuado juntos, con el objetivo de tener un buen debate. Me gustaría sugerir un encuentro tras la conclusión de la segunda revisión", ha enfatizado en la carta.
Tras las polémicas palabras del ministro holandés sobre los países del Sur, numerosos eurodiputados pidieron su dimisión al frente del Eurogrupo. De hecho, más de setenta europarlamentarios del Partido Popular Europeo (PPE), formación a la que pertenece Tajani, remitieron una carta a Dijsselbloem pidiendo un paso atrás del holandés.
El líder de los Socialistas y Demócratas (S&D), Gianni Pittella, se sumó a las voces que pedían su dimisión como presidente del Eurogrupo, una postura que también compartieron eurodiputados de Izquierda Unitaria Europea (GUE) y Los Verdes. Incluso el Gobierno de Portugal pidió formalmente su dimisión.
