Economía/Macro.- España evitará la recesión con reformas permanentes que respeten la renta familiar, según Intermoney

Actualizado: domingo, 13 abril 2008 14:34

La economía española es una de las más afectadas del mundo por la restricción del crédito mundial, aunque no tiene 'subprime'


MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

La economía española logrará evitar la recesión en la que la crisis financiera mundial y la desaceleración del sector inmobiliario nacional podrían sumirla si el Gobierno aplica reformas permanentes que no pongan en cuestión la renta de las familias, según el economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez.

"En un momento de menor confianza de las familias, poner en cuestión pilares básicos de su renta permanente puede provocar una brusca contracción del consumo privado y llevar a la economía a la recesión, como sucedió en 1993", advierte el experto en un artículo del último cuaderno de 'Política Exterior'.

Para afrontar la fase de desaceleración que atraviesa la economía nacional en 2008 -y que se prolongará en 2009- con los efectos del colapso del mercado global de crédito y para que España siga avanzando en renta per cápita, "será necesario acometer reformas de forma permanente, sin apelar al miedo para imponerlas", sostiene.

Concretamente, en el actual entorno de crisis financiera mundial, Díez aboga por seguir haciendo un uso "prudente y eficiente" de las finanzas públicas junto a un uso "activo" del ahorro público, tanto desde el Gobierno central como desde las comunidades autónomas y ayuntamientos, que ejecutan la mitad del gasto.

El superávit del 2% en 2007 y la deuda pública en el 35% del PIB "permiten acometer rebajas impositivas que, junto a las reducciones de los tipos de interés, limiten el impacto de la desaceleración del consumo privado y de la inversión en bienes de equipo. Además, permite a las administraciones mantener el esfuerzo inversor en infraestructuras, dice.

A su parecer, España es una de las economías "más afectadas por la crisis financiera" junto a Estados Unidos y Reino Unido, ya que presenta una gran apertura financiera y en la actualidad existen dificultades para la captación de ahorro internacional, canalizado a través de la venta de bonos respaldados con cédulas hipotecarias.

No obstante, el economista jefe de Intermoney incide en que el Banco de España no permitió a las entidades financieras españolas crear vehículos de inversión, por lo que su exposición directa a los mercados contaminados por la crisis de las hipotecas basura de Estados Unidos es "insignificante".

De este modo, las entidades nacionales "se han visto menos afectadas que las estadounidenses, británicas y centroeuropeas, pero sí se han resentido indirectamente en la captación de pasivo", puntualiza el economista, quien destaca que el crecimiento del crédito está supeditado a la captación de ahorro.

INTENSA RESTRICCIÓN DEL CRÉDITO.

Aunque el sistema bancario español se ha adaptado rápidamente a las condiciones internacionales, "lo que es una garantía para evitar una crisis bancaria que tendría efectos devastadores", la crisis financiera "ha producido una intensa restricción crediticia y ha trasladado el problema a la economía real".

Esta restricción se ha concentrado en el crédito promotor, coincidiendo con problemas de liquidez de las constructoras, y ayuda a explicar el aterrizaje brusco del 'boom' residencial, que acarrea desde el pasado verano una intensa desaceleración de la creación de empleo.

El negocio promotor depende de la deuda bancaria por naturaleza, pero en los últimos años el nivel de apalancamiento de los promotores era insostenible, lo que provoca tensiones de liquidez en estas empresas y obliga a detener muchas viviendas en construcción, y aquellos que pierden su empleo en la construcción no encuentran fácil colocación.

En este oscuro escenario, Díez confía en la "capacidad de maniobra de España" y en "más que probables bajadas de los tipos de interés", sin especificar cuándo, a lo que se sumará una eventual reducción de los precios del petróleo ante el menor dinamismo de la demanda mundial, lo que contribuirá a moderar la inflación y aumentar la capacidad adquisitiva de los salarios a lo largo del año.