Economía/Macro.- La inflación en Reino Unido llega a un récord del 3,8% en junio y podría alcanzar el 5% a final de año

Actualizado: martes, 15 julio 2008 15:30

LONDRES, 15 Jul. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez) -

La inflación interanual en Reino Unido creció en junio hasta el 3,8% y marca un nuevo récord desde que la evolución de los precios se empezó a publicar oficialmente en enero de 1997, según informó la Oficina Nacional de Estadística, que apuntó que el porcentaje supera incluso hitos anteriores como el inédito 3,6% alcanzado hace 16 años.

Por ello, tras haber superado drásticamente el registro del 3,3% del mes anterior, que ya había roto precedentes en la historia de la publicación del IPC, los expertos temen que la evolución de los precios llegue a situarse a final de año en el 5%. Así, al igual que ocurrió en los dos últimos meses, las previsiones para junio se quedaron cortas, puesto que se esperaba un ratio dos décimas menor que el 3,8% finalmente registrado.

En consecuencia, en un contexto que apunta a que el coste de la vida aumentará severamente en los próximos meses, crece la presión sobre el Banco de Inglaterra (BoE) para que suba los tipos de interés, pese a sus reticencias y su intererés por recortarlos, después de que el propio gobernador, Mervyn King, ya tuviese que remitir el pasado mes una carta al Ministerio de Hacienda para informar de una situación muy por encima de los objetivos del 2 por ciento fijados para el IPC.

No obstante, en el informe anual de la entidad, King advirtió de que el banco "puede tener poco impacto en la evolución de la inflación a corto plazo" y añadió que la Comisión de Política Monetaria no había intentado evitar que la tasa de inflación se distanciase de los objetivos marcados por temor a causar un daño mayor a la economía.

Además, el propio gobernador del Banco de Inglaterra había calculado que este año tendría que dirigirse hasta en tres ocasiones al ministro de Economía para dar cuenta de una tendencia inflacionista muy por encima de la tasa barajada por el Gobierno.

En este contexto, el mercado financiero británico considera que el BoE podría finalmente aumentar los intereses para combatir la evolución de los precios, si bien, en caso de que la economía entre en recesión, como teme un número cada vez mayor de analistas, la inflación debería descender.

Uno de los principales condicionantes para esta evolución radica en la tendencia alcista del crudo y de los alimentos, que podrían conducir la tasa hacia el 5% a final de año, tras alcanzar los más altos niveles desde 1997, con casos especialmente graves como los de la carne.