Economía/Macro.- El presidente del Eurogrupo avisa de que 2009 será un año "extremadamente difícil" para la eurozona

Actualizado: martes, 13 enero 2009 12:49

Almunia insiste en que si el euro no existiera los efectos negativos de la crisis serían "mucho mayores"

ESTRASBURGO (FRANCIA), 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, avisó hoy de que 2009 será un año "extremamente difícil" para los países de la eurozona y resaltó que los Gobiernos que comparten la moneda única deben actuar juntos para hacer frente a la crisis y deben impulsar la reforma del sistema financiero internacional para evitar que se repitan las turbulencias.

"El año 2009 será un año extremadamente difícil para las economías de la zona euro y para los ciudadanos europeos. Deberemos afrontar numerosos desafíos a la vez en el plano interior y en el exterior", dijo Juncker en un debate celebrado en la Eurocámara para conmemorar el décimo aniversario de la creación de la moneda única.

El primer ministro luxemburgués insistió en que los Gobiernos de la eurozona "deberán actuar juntos para contener los efectos de la crisis económica e invertir en los activos estructurales de la economía para construir un puente hacia la post-crisis". "Las situaciones excepcionales exigen medidas excepcionales", remachó.

En todo caso, Juncker alertó que la protección que el euro proporciona a las economías comunitarias está directamente relacionada con la "credibilidad" derivada de la aplicación de políticas macroeconómicas "prudentes". "Esta credibilidad es el fundamento de los beneficios de la unión económica y monetaria y debemos preservarla para continuar aprovechando plenamente las ventajas de la moneda única", dijo.

Por lo que se refiere al plano exterior, el presidente del Eurogrupo señaló que el restablecimiento de la estabilidad de la economía financiera y real a escala internacional requiere "una reforma en profundidad del sistema financiero" y también "la eliminación de los importantes desequilibrios en la combinación entre consumo internacional y ahorro internacional".

Ello exige, según Juncker, la colaboración activa entre las economías emergentes asiáticas y Europa. No obstante, esta cooperación se ve dificultada por una representación exterior del euro "todavía demasiado fragmentada, en la los intereses nacionales prevalecen a menudo sobre el interés común".

MÁS CRISIS SIN EL EURO

En el debate sobre el décimo aniversario de la eurozona participó también el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, que indicó que la moneda única es un polo de estabilidad frente a la actual crisis. "Se equivocan completamente los que piensan que la unión económica y monetaria no está preparada para hacer frente a las consecuencias de esta crisis", afirmó Almunia.

"Si no existiera la moneda única, los efectos adversos de la crisis serían mucho mayores. Muchos Estados miembros estarían ahora afrontando una gran volatilidad en los tipos de cambio e incluso estarían sufriendo posiblemente ataques especulativos contra sus monedas. Los 'spreads' de sus títulos de deuda pública serían muy superiores a los actuales", apuntó.

Destacó además que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento ha alentado a los Gobiernos a sanear sus cuentas públicas, logrando en 2007 el nivel más bajo de déficit presupuestario en los últimos 25 años. Ello permite "afrontar la crisis en mejores condiciones", dijo Almunia, que elogió además el papel del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de "impedir un enorme colapso financiero".

"La situación económica no es la que hubiésemos deseado para festejar este aniversario. Pero los acontecimientos están poniendo de relieve más que nunca las ventajas de la unión económica y monetaria. Para los que aún no pertenecen a ella, la zona euro constituye una opción cada vez más atractiva", dijo.

APLICACIÓN "RIGUROSA" DEL PEC

También el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, destacó el papel protector del euro frente a las turbulencias. "La crisis financiera está demostrando que en una situación de aguas financieras turbulentas es mejor navegar en un barco grande, sólido y estable que en una pequeña embarcación", explicó Trichet a los eurodiputados.

"¿Europa habría sido capataz de actuar de manera tan rápida, decisiva y coherente si no hubiésemos tenido la moneda única que nos une? ¿Habríamos sido capaces de proteger muchas monedas nacionales distintas de las repercusiones de la crisis financiera?", se interrogó el presidente del BCE.

A su juicio, tres son los grandes retos a los que se enfrenta el euro en los próximos años. En primer lugar, la crisis financiera, que "ha puesto de relieve las debilidades fundamentales del sistema financiero internacional" y que exige una reforma a nivel mundial.

En segundo lugar, en el frente de de la política económica, Trichet dijo que los desafíos más urgentes que se plantean son "la puesta en práctica rigurosa y creíble del Pacto de Estabilidad, los esfuerzos constantes para hacer que nuestras economías sean más productivas, innovadoras y dinámicas y la necesidad de evitar divergencias competitivas en el seno de la eurozona". Finalmente, el presidente del BCE destacó la importancia de las futuras ampliaciones de la eurozona.

El presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering, insistió en que "el euro es un factor de estabilidad importante ante la crisis. La moneda común nos ha protegido de las peores consecuencias de la peor crisis financiera que hemos vivido desde los años 30 del siglo pasado".