Economía/Macro.- Sarkozy defenderá en Washington que el dólar "no puede pretender ser la única moneda del mundo"

Actualizado: jueves, 13 noviembre 2008 19:16

Presume de la actuación francesa en la crisis de Georgia que contrapone a la actitud de Bush


PARIS, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, explicará en Washington durante la cumbre que celebrarán los miembros del G-20 para intentar diseñar una nueva arquitectura financiera que el dólar "no puede pretender ser la única moneda del mundo".

"Lo que era verdad en 1945 no puede serlo hoy. No es una cuestión de valor, es una cuestión de sentido común, de mirar las cosas de frente", dijo Sarkozy durante un discurso pronunciado en el Elíseo al recibir el 'Premio al Valor Político' otorgado por la revista 'Política Internacional'.

El mandatario galo, que hacía así referencia al sistema monetario surgido en Bretton Woods tras la Segunda Guerra Mundial, presumió también de la actuación francesa durante la crisis surgida este verano entre Georgia y Rusia en la que intervino personalmente para evitar una escalada de violencia en la región.

"Cuando el 8 de agosto hizo falta salir para Moscú, ¿quién defendió los derechos humanos?. ¿Fue el presidente de Estados Unidos diciendo 'Atención. Es inadmisible!" o fue Francia quien mantuvo el diálogo con Putin, Medvedev y Saakachvili?", espetó el mandario galo.

"Nosotros estábamos con Bernard Kouchner (...) y, como por azar, cuando estábamos allí, se anunció el alto el fuego y un mes después la guerra se detuvo. Los rusos se comprometieron a retirarse, a iniciar el diálogo internacional y a permitir el despliegue de observadores", prosiguió.

En su alocución, recapituló todos los episodios en los que se ha implicado, a veces incluso enfrentándose a la oposición de la opinión pública, para intentar desbloquear situaciones injustas que se saldaron con el éxito.

Así, justificó la presencia del coronel Gadafi tras la liberación de las enfermeras búlgaras encarceladas en Libia o la invitación realizada al presidente sirio Bachar el Assad para participar en París en la cumbre Euromediterránea, en aras de la reconciliación sirio-libanesa.

Defendió, obviamente, su encuentro con el venezolano Hugo Chávez justo después de la trifulca que había tenido con el Rey don Juan Carlos, para facilitar la liberación de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, colgándose la medalla del éxito de una operación llevada a cabo por el Ejército colombiano.

"¿Había alguna posibilidad de sacarla (de la selva colombiana) si Francia no hubiera hecho de Ingrid Betancourt un objetivo central de su política?. Ninguna", zanjó.

"NO TENGO GANAS DE CAMBIAR".

Todo ello para mantener la tesis de que "el mundo necesita el diálogo" y que, en un mundo que cambia, no se pueden manejar los esquemas de una política exterior del siglo pasado."La estabilidad --dijo-- no es un objetivo de una política exterior de dimensión universal".

"Nunca he optado por el pensamiento inmóvil, el pensamiento conservador. Y 18 meses después de mi llegada al Elíseo, francamente, os juro que no tengo ganas de cambiar, porque este pensamiento es, en el fondo,el que tanto mal hace a nuestra sociedad. La fatalidad no existe, sólo existe la renuncia", resumió.