MADRID, 13 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Tesoro Público se someterá a una nueva prueba en los mercados esta semana con la celebración de tres subastas (dos de letras y una de obligaciones) en las que previsiblemente volverá a reducir el volumen de las emisiones, como ya hizo la pasada semana.
El Tesoro espera cumplir con el calendario previsto para 2010, aunque reducirá el volumen de las emisiones de aquí a finales de año, dado que el Estado cuenta con recursos líquidos suficientes para financiar los gastos pendientes.
El primer examen tendrá lugar mañana martes 14, con dos emisiones de letras a 12 y 18 meses, un tipo de papel que el Tesoro ha emitido cada mes a lo largo de este ejercicio. Sin embargo, en esta ocasión, el escenario está marcado de nuevo por la desconfianza de los mercados que, después de que Irlanda haya pedido oficialmente ayuda financiera, han situado a Portugal y a España en su punto de mira.
Las nuevas dudas pueden volver a elevar los tipos del papel en las dos emisiones, tal y como ocurrió el pasado noviembre, cuando el Tesoro logró colocar casi 5.000 millones en letras a 12 y 18 meses a una rentabilidad que casi duplicó la de la última subasta.
De esta forma, los tipos podrían registrar un nuevo máximo que situaría la rentabilidad de las letras por encima de las cifras que registraron el pasado mes de junio, coincidiendo con el anterior episodio de desconfianza (2,45% en el caso de las letras a 12 meses y 2,90% en las de 18 meses).
El jueves 16 el Tesoro afrontará la tercera prueba con la emisión de obligaciones a 10 años con un cupón del 4,85%. En este caso, los tipos también podrían volver a subir y situarse por encima del 4,63% registrado en la última emisión e incluso por encima del 4,91% registrado el pasado mes de junio.
Durante esta semana, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles a diez años respecto a sus homólogos alemanes se ha mantenido prácticamente todos los días por encima de los 230 puntos, y hoy se sitúa en el entorno de los 250 puntos.
SÓLO UNA OPORTUNIDAD MÁS.
Ante este escenario, España tiene por delante la difícil tarea de convencer a los inversores de que no es Irlanda ni Grecia. Para conseguirlo, todos los miembros del Gobierno se han propuesto vencer a la desconfianza a través de la transparencia de los datos y con mensajes sobre la buena salud de la deuda española, 20 puntos por debajo de la media de la UE.
Antes de que acabe el año, el Tesoro tendrá sólo una oportunidad más para demostrar la solvencia de España a los mercados, con subastas de letras a 3 y 6 meses que tendrán lugar el martes 21 de diciembre.
