MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 'think tank' Foro Regulación Inteligente anticipa una caída del PIB español cercana al 5% en 2020, ve "poco probable" una recuperación rápida de la economía, y cree que esta necesitará al menos un año par recuperar el ritmo previsto antes de la emergencia sanitaria provocada por la expansión del virus Covid-19.
La previsión es fruto de un panel de diez informes de impacto, elaborados por la Comisión Europea, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Standard & Poor's, PwC, Esade, Ceprede, Arcano, y Freemarket Corporate Intelligence, y anticipa una reducción interanual e la producción cercana a los 75.000 millones de euros.
Esta pandemia, incide la organización, "podría saldarse con una reducción del empleo equivalente a 1,5 millones de puestos de trabajo", especialmente concentrados en sectores como el turismo o el comercio, si bien considera que parte de esa ocupación puede recuperarse en la segunda mitad del año.
SIN RETRASO HABRÍA HABIDO RECUPERACIÓN EN MAYO, SOSTIENE
Foro Regulación Inteligente critica el retraso a la hora de adoptar medidas, considerando que el coronavirus "no puede definirse como cisne negro en clave española", puesto que lo acaecido en China o Italia, sostiene "permitía anticipar esta situación", y cuantifica el coste económico del retraso.
Así, el 'think tank' asegura que si se hubieran tomado medidas de aislamiento social o monitorización de contagios a principios de mes, la caída del PIB estimada se quedaría entre el 1% y el 2% del PIB, con una recuperación de la normalidad económica a comienzos de mayo.
PIDE MEDIDAS "MÁS AGRESIVAS" Y RECORTAR GASTO NO DE EMERGENCIA
Respecto a las medidas adoptadas, consideran que el plan de avales no ataja el previsible escenario de insolvencia de empresas, por lo que reclama "medidas más agresivas que eviten el colapso de empresas y autónomos", con exenciones de cuotas hasta mayo, retrasar los pagos de IRPF e IVA y rebajas en el Impuesto de Sociedades.
Respecto a las medidas de oferta, apuestan por simplificar la regulación y, aunque las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) "disipan la amenaza de una crisis fiscal a corto plazo y permitirán financiar un déficit público que, previsiblemente se duplicará", defiende recortar el gasto público, con "un plan de contención enfocado en ajustar toda partida de gasto público que no sea imprescindible para paliar la emergencia sanitaria y económica".
