RSC.- CIOLS alerta de que las labores de reconstrucción tras Chernóbil se realizan "en condiciones de esclavitud"

Actualizado: jueves, 20 abril 2006 20:05

Más de 600.000 trabajadores hicieron labores de desmontaje en el lugar del desastre sin tomar las medidas necesarias para protegerse


MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOLS), alertó hoy de que después de 20 años desde el desastre nuclear de Chernóbil (Ucrania), la catástrofe --que afectó a Ucrania, Rusia y Bielorrusia-- "sigue cobrándose víctimas" en la actualidad, en concreto en materia de generación de puestos de trabajo relacionados con la reconstrucción de la zona, la mayor parte de ellos en condiciones laborales de semiesclavitud.

En un nuevo dossier de doce páginas aparecido en su publicación 'El mundo sindical', CIOLS alerta, apoyándose en testimonios y análisis, que dos décadas después de aquel 26 de abril de 1986, Bielorrusia, por ejemplo, sigue siendo "la última dictadura de Europa", por la "implacable represión sindical" que permite que el Gobierno ponga en práctica "con toda impunidad" una política de recuperación económica de las zonas contaminadas "que se apoya en el trabajo forzoso y la explotación de inmigrantes".

"Impulsados por la propaganda, los inmigrantes afluyen a zonas contaminadas y se les suman jóvenes bielorrusos diplomados, a quienes se envía a las zonas contaminadas a cumplir los dos años de trabajo obligatorio que estipula la ley", denuncia Alexander Yaroshuk, presidente del Congreso Bielorruso de Sindicatos Democráticos.

En Rusia, dentro de un contexto "cada vez más ultraliberal", la organización Unión Chernóbil lucha para defender los derechos de los 'liquidadores'. Uno de ellos es Vladímir Naumóv, que trabajaba como minero en la región de Tula, y que fue enviado al día siguiente de la catástrofe para cumplir la arriesgada tarea de limpiar y desmantelar la central.

"En 1986 nos arruinamos la salud", explica. De los 450 mineros de Tula que acudimos como 'liquidadores', 170 murieron. "Todos los demás están inválidos". En Tula, la mortalidad en el grupo de los liquidadores "es del 25 por ciento", denuncia.

"El índice de suicidios es equivalente a diez veces el índice promedio nacional", asegura. Hoy Naumóv es el presidente de la Unión Chernóbil por Tula y la región central, y explica su lucha sindical por evitar que se minimicen las consecuencias que tuvo Chernóbil en quienes participaron en su "liquidación".

En Ucrania, los militantes sindicales que defienden a los 4.000 trabajadores de la zona de exclusión luchan contra la indiferencia estatal, que solamente asigna "migajas" a los programas de protección contra la radioactividad, poniendo en peligro la salud del personal pero también la de la población.

En palabras de Sergiy Budianskiy, presidente del Sindicato Territorial de Chernóbil, afiliado al Sindicato de Trabajadores de la Industria Nuclear y de la Energía de Ucrania (Atomprofspilka), "según un programa gubernamental de 2001, el cierre de la central se debía compensar creando 3.750 nuevos empleos hasta 2008 con un presupuesto de 2,43 millones de euros, pero nunca se entregaron esos fondos". En la zona franca de Slavutich solamente se crearon 700 puestos de trabajo y los salarios "son muy inferiores a los de la zona de exclusión".

CONDICIONES INSEGURAS

En los días consecutivos a la explosión del reactor número cuatro de la central de Chernóbil en abril de 1986 murieron decenas de bomberos y de empleados de la central, víctimas de la alta radiación recibida. Pero desde entonces, "no dejan de aumentar la cantidad de víctimas humanas de esa tragedia", asegura la CIOLS.

Por una parte, para "liquidar" Chernóbil, las autoridades soviéticas enviaron entre 600.000 y 800.000 personas al lugar de la catástrofe "sin tomar las medidas necesarias para protegerlas".

"Muchas de esas personas murieron, otras están actualmente en estado crítico, a menudo sumidas en un anonimato criminal, en algún lugar de la ex URSS", afirma la CIOLS. Asimismo, al menos cinco millones de personas "viven, estudian o trabajan en las zonas que fueron contaminadas y que seguirán estándolo durante miles de años".