Actualizado 25/01/2006 12:33

RSC.- Comunidades locales de Kalinga Nagar (India) siguen su lucha para no ser desplazadas por una empresa siderúrgica

Varios miembros de la etnia adivasis murieron a tiros defendiendo su tierra contra la 'invasión' de la compañía Tata Steel


MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -

Desde hace varios meses comunidades locales del Distrito de Jajpur de Orissa, en Kalinga Nagar (India) luchan para evitar ser desplazados de las tierras en las que han vivido durante generaciones a causa del proyecto siderúrgico de la compañía india Tata Industries (Tata Steel), una empresa con un largo historial de desplazamientos de pueblos y expoliación de sus recursos naturales.

Según informa el Boletín del Movimiento Mundial por los Bosques (WRM), ya en mayo del pasado año las poblaciones locales evitaron el inicio de las obras de esta planta siderúrgica en Kalinga Nagar, y el pasado 2 de enero representantes locales se concentraron frente a los terrenos previstos para el emplazamiento del proyecto de esta compañía con sede en Bombay.

Cuando los 'bulldozers' comenzaron los trabajos de movimiento de tierras los manifestantes les hicieron frente con armas tradicionales, aunque la Secretaría de Estado había dado "estrictas instrucciones" para facilitar la construcción. Los responsables de seguridad actuaron entonces y varias balas de goma y granadas de gas lacrimógeno fueron lanzadas contra estas personas. Doce miembros de la etnia adivasis cayeron muertos.

Tras los funerales, todos los miembros de este pueblo aseguraron que "no cederían una pulgada de sus tierras ancestrales a ninguna industria", y ante la decisión del Gobierno de entregar miles de hectáreas de tierra de este pueblo para la construcción de minas, industrias y otros grandes proyectos similares.

Si este plan se lleva a cabo, sólo en Jharkhand más de 55.000 adivasis serán desplazados, ante lo que hace seis meses los habitantes de estas aldeas formaron 'Bhumi Suraksha Sangatans (Organizaciones para la Protección de Nuestras Tierras), que a día de hoy han organizado toques de queda populares (vigilancia o 'janata'), con el fin de evitar que representantes de cualquier Gobierno o empresa minera entren en sus dominios.

En una carta hecha pública por esta Organización, los firmantes recuerdan que la zona más importante en la que se situará la planta de Tata Steel "no es un baldío, sino que está constituida por ricos bosques, asentamientos tribales de más de 10.000 personas distribuidas en dos gram o 'panchayats' (consejos electivos de la aldea), tierras agrícolas, antiguos pozos de agua, pastos, tierras comunales y caminos".

"Un 20% del área del proyecto tiene bosques de gran valor donde abundan diversas especies madereras", explican, como Sal, Kuruma, Vandan, Ashan y Piasal, además de Mahula y Kendu. "El área total de la zona desierta es de menos de dos hectáreas en el lado norte. "¿Por qué la zona principal es descrita como baldío, ignorando la realidad del suelo?", destacan.

"Lamentaríamos que se diera la impresión de que los miembros de las tribus de Kalinga Nagar fueron asesinados porque exigieron una mayor compensación o mejores condiciones de reubicación". La cuestión es bastante diferente de lo que dicen los medios de comunicación", afirma la misiva.

Según continúa la carta, "el informe de la Oficina Estatal de Control de la Contaminación trata de hacer creer que el proyecto de Tata Steel creará puestos de trabajo directos e indirectos y que tendrá un impacto beneficioso para el ambiente humano".

"El informe trata de señalar que las personas en las zonas donde se ubicará el proyecto tendrán una vida desarrollada y próspera, con mejores alimentos, mejor salud, mejores condiciones de alojamiento, instalaciones educativas y culturales, sin embargo, ésta es una imagen falsa para la gran mayoría de los trabajadores de la zona.

A su juicio, este proyecto de expansión en Kalinga Nagar, cuyo Gobierno decidió ceder casi 200 kilómetros cuadrados para el complejo industrial, infraestructura y otros propósitos, "dejará sin tierras a todos los habitantes de la zona".

"La mayor parte de ellos perderá su hogar y deberá buscar refugio en las colonias del Gobierno", insisten. Habrá gran escasez de agua y una contaminación generalizada del aire a consecuencia del complejo industrial. Mientras tanto, algunas empresas privadas "están comprando tierras agrícolas de excelente calidad a través de negocios ilegales, dejando a los campesinos sin tierra", denuncian. Según sus datos, los funcionarios del Gobierno están en connivencia con los agentes inmobiliarios para adquirir tierras de los campesinos pobres.

SIN DERECHOS SOBRE SUS TIERRAS

Muchas de las tribus que se enfrentan ahora a estos desplazamientos carecen de derechos formales sobre sus huertas y tierras agrícolas. Los paquetes de compensación por estos traslados están compuesto por una pequeña parcela en una colonia de reubicación y 50.000 rupias (apenas 100 euros) para construir una casa de una habitación.

Arrancados de su vida tradicional y de sus actividades agrícolas y de recolección, estas personas "no pueden, por más esfuerzos de imaginación que haga, ser capaces de ganar en la colonia lo suficiente o esperar un trabajo en las fábricas", destacan.

"Los 150.000 habitantes de esta zona nos oponemos a ser desplazados de nuestros hogares y de nuestras tierras agrícolas", aseguran los firmantes en el documento. "No estamos de acuerdo ni aceptamos el sueño de 'desarrollo' que nos propone el informe de esta empresa, y no estamos dispuestos a quedarnos sin hogar, sin tierra y sin trabajo"."No queremos perder nuestra vida tradicional, ni nuestra cultura", concluyen.