RSC.- Un informe de ONG pone en duda el papel del Banco Europeo de Inversiones en proyectos que buscan el "desarrollo"

Actualizado: jueves, 2 marzo 2006 18:41

Las iniciativas financiadas perjudican a las comunidades y el Medio Ambiente y no hay políticas para proteger a los pueblos indígenas


MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo informe de Amigos de la Tierra Internacional, Campagna Per La Riforma Della Banca Mondiale, CEE Bankwatch Network y World Economy, Ecology & Development publicado recientemente pone en duda el papel del Banco Europeo de Inversiones (BEI) como financiador de los llamados proyectos de "desarrollo" en el Sur. Estas organizaciones se plantean en esta investigación "¿para quién es ese desarrollo?".

Bajo el título 'The European Investment Bank In The South: In Whose Interest?' (El BEI en el Sur: ¿En interés de quién?), la investigación recuerda que este Banco "actúa en nombre de los ciudadanos europeos y los gobiernos de la Unión Europea, sus propietarios, y otorga préstamos de hasta 45.000 millones de euros de dinero público a proyectos que declaran 'colaborar' con el desarrollo y con la cohesión de la Unión Europea".

Según el informe, y desde que en los años 60 el BEI comenzara a financiar proyectos en África, el banco "parece estar respondiendo a las necesidades de sus clientes", financiando proyectos con retornos económicos elevados y garantizados, pero, dicen, "rara vez ha subsidiado proyectos ambientales o invertido en energía renovable". Varios estudios de caso incluidos en este informe ilustran la forma en que los proyectos financiados por el BEI "han perjudicado a menudo a las comunidades y al Medio Ambiente".

En África, el BEI gestiona una porción significativa del presupuesto de la Comisión de la UE para la Cooperación para el Desarrollo (hasta 13.500 millones de euros en los diez últimos años) y esta tendencia se acentúa con la creación de la nueva 'Facilidad de Inversiones del Acuerdo de Cotonou' del BEI, que se espera desembolsará 2.200 millones de euros del presupuesto de la UE entre 2003 y 2008.

Este informe muestra cómo los primeros préstamos otorgados por la 'Facilidad' fueron predominantemente al sector privado, a grandes corporaciones europeas o grandes empresas locales. En África, al igual que en América Latina, "los objetivos preferidos de los préstamos del BEI están en el sector de las industrias extractivas".

De esta forma, señala el Boletín del Movimiento Mundial por los Bosques (WRM), el Oleoducto Chad-Camerún, una tubería de 1.070 kilómetros de largo desde el sur de Chad hasta la costa atlántica del vecino Camerún, es el mayor proyecto jamás financiado por el BEI en África. Según el informe, la construcción del proyecto se completó más de un año antes de la fecha prevista, pero las medidas de mitigación social y ambiental "siguen teniendo graves retrasos y amenazan con socavar los objetivos de reducción de la pobreza del proyecto".

El Banco Mundial también es parte del proyecto, puesto que su participación era condición previa para que el consorcio encabezado por la compañía Exxon Mobil siguiera adelante con el proyecto de más de 3.000 millones de euros.

Ambas instituciones prometieron que el proyecto "transformaría la riqueza del petróleo en beneficios de los más necesitados, durante los 28 años en que operaría", reduciendo la pobreza y promoviendo el crecimiento económico en ambos países. Sin embargo, en enero de 2001 se hizo público que Chad había utilizado parte del dinero aportado por el Consorcio del Petróleo a la firma del contrato (20 millones de euros), para comprar armas.

CORRUPCION Y FALTA DE TRANSPARENCIA

El informe denuncia que tanto Chad como Camerún "han ocupado durante muchos años posiciones destacadas en el Índice de Percepción de Corrupción de la organización Transparency International", sin embargo los bancos "no exigieron a Camerún disposiciones para la administración transparente de los beneficios".

En el caso de Chad, el Banco Mundial sí exigió la adopción de una ley de administración de los ingresos así como el establecimiento de un Comité Supervisor responsable de autorizar los gastos. Sin embargo, este sistema, cuyo objetivo era garantizar la transparencia en la gestión de los ingresos, ha dejado de funcionar. En octubre de 2005 el gobierno de Chad anunció que modificaría sustancialmente la ley, con el fin de incluir gastos de seguridad y que abolirá un fondo que se había establecido para las generaciones futuras.

El informe destaca que el impacto actual del oleoducto sobre la biodiversidad y la vida silvestre "sugiere que no hubo una buena gestión de las consideraciones ambientales". Incluso los supervisores del propio Banco Mundial advierten de que el mayor acceso a zonas remotas que el proyecto permite "representa una grave amenaza para especies en peligro como gorilas y chimpancés".

Pese a que los patrocinadores han procurado equilibrar la pérdida de biodiversidad a lo largo del oleoducto con el establecimiento de dos zonas 'de compensación', --los parques nacionales de Campo Ma'an y Mbam-Djerem--, "no se ha recibido financiación para la administración de estos parques, cuya viabilidad está hoy abierta al cuestionamiento", dicen las ONG.

"A los problemas de salud pública se añade una contaminación severa con polvo, y la mala gestión de los residuos del petróleo, y los fluidos utilizados para las perforaciones amenazan las fuentes subterráneas de agua en la zona de los yacimientos", señala el documento.

Asismimo, pueblos indígenas, como los 'pigmeos bakola' que viven en el sudoeste de Camerún, todavía dependen principalmente de los bosques para ganarse el sustento con la caza y la recolección. La porción sur del oleoducto atraviesa sus tierras boscosas tradicionales.

"El BEI no tiene políticas ni procedimientos para proteger a los pueblos indígenas", alertan. Para Camerún la Política Operacional sobre Pueblos Indígenas del Banco Mundial exige que se inicie un plan para estos pueblos de forma participativa. Sin embargo, el Banco Mundial "no ha cumplido su propia política y no hubo una consulta adecuada a los pueblos seminómadas" y "no hay indicios de que el BEI esté tomando medidas para resolver este problema".

"El BEI simplemente confía en la evaluación y la supervisión del Banco Mundial, que han demostrado ser inadecuadas", concluye el informe. Sin medidas urgentes, --añade--, el proyecto Chad-Camerún "hará poco más que escribir otro capítulo de la trágica historia del saqueo de las riquezas de África".