Actualizado 23/08/2006 20:41

RSC.- Oceana, preocupada por el posible apoyo del PE a una propuesta que fomenta el cercenamiento de aletas a tiburones

Un lucrativo comercio alrededor hace que la especie esté amenazada ya que el kilo de aleta para elaborar sopa puede alcanzar los 100 euros


MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -

La organización de defensa del mar Oceana mostró hoy su preocupación por que el Parlamento Europeo (PE) pueda apoyar una propuesta que fomentaría, a su juicio, la práctica ilegal de cercenamiento de las aletas de los tiburones en la Unión Europea. La propuesta de la Eurodiputada española Rosa Miguélez pretende aumentar el número de tiburones a los que se pueda cortar las aletas.

Oceana ha hecho público en este sentido un Informe destinado a los miembros del PE para expresar su preocupación sobre esta decisión, que será debatida en el Comité de Pesca del Parlamento el próximo lunes día 28, y que, en su opinión, "podría apoyar la matanza de millones de tiburones cada año".

Los tiburones desempeñan un papel clave como grandes depredadores del océano y ayudan a mantener el equilibrio y la biodiversidad en los ecosistemas oceánicos. "Por desgracia, cada vez se ven más amenazados por la sobrepesca, y su baja fecundidad", y la tardanza en alcanzar la madurez "hacen que sus poblaciones sean incapaces de recuperarse al ritmo que son explotadas", señala el Informe de Oceana.

Aproximadamente, un tercio de todas las especies de tiburones y rayas evaluados hasta la fecha en aguas europeas --casi 40 especies en total--, se consideran "amenazadas" de extinción, según datos de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

"El cercenamiento o corte de las aletas de los tiburones es una práctica muy derrochadora que pone en peligro las ya sobreexplotadas poblaciones de tiburones", destaca el director de Oceana para Europa, Xavier Pastor. Consiste en cortar las aletas del tiburón y tirar los cuerpos muertos o moribundos de vuelta al agua, utilizando sólo el 2%-5% del animal y desperdiciando fuentes de proteínas y productos potencialmente comerciales o medicinales.

La razón de esta práctica es que existe a su alrededor un importante comercio, ya que las aletas, --utilizadas en la gastronomía asiática para elaborar la sopa de aleta de tiburón--, suelen tener un valor mucho más alto que el resto del cuerpo, alcanzando en algunas ocasiones precios que superan los 100 euros por kilo.

Esta práctica está prohibida en aguas de la Unión Europea desde 2003, sin embargo, un reciente borrador del Informe del Parlamento Europeo elaborado por esta Eurodiputada socialista española "amenaza ahora con respaldar el cercenamiento ilegal de las aletas de los tiburones en aguas de la Unión Europea", según Oceana.

LEGISLACION ACTUAL

Según la actual legislación, las embarcaciones que demuestren que utilizan todas las partes del cuerpo del tiburón pueden obtener un permiso especial que les permite capturar tiburones y extraer las aletas si eso conduce a un procesamiento y almacenamiento más eficaz a bordo.

Para evitar fraudes, se utiliza un ratio o proporción, basado en el porcentaje que componen las aletas respecto al peso total del cuerpo del tiburón como medio para comprobar si la cantidad de aletas comercializadas corresponde a la de cuerpos desembarcados. Esto garantiza que no se ha producido el descarte de los cuerpos de los tiburones al realizar el cercenamiento de las aletas.

El Informe de la Eurodiputada socialista, contrariamente a los consejos científicos, "recomienda incrementar el ratio que estableció la UE para evitar el derroche e impedir el corte ilegal de las aletas de los tiburones", agrega Pastor.

Diversas naciones y organismos internacionales de pesca en todo el mundo han adoptado un ratio del 5% como la proporción biológica adecuada entre el peso de las aletas y el peso corporal. Teóricamente, la cantidad de aletas desembarcadas por cada embarcación no debería superar el 5% del peso de los tiburones eviscerados (una vez destripados y cortada la cabeza) capturados por cada embarcación.

Miguélez recomienda en este sentido aumentar el ratio del 5% hasta un 6,5%, especialmente respecto al tiburón azul, mientras que Oceana considera que este aumento es "sumamente excesivo y provocaría prácticas ilegales de cercenamiento de las aletas de los tiburones, además de una gestión ineficiente de la pesquería".

Según la UICN, permitir una modificación del ratio entre las aletas y el peso total de un 6% significaría que los pescadores podrían extraer las aletas y deshacerse de dos o tres tiburones por cada uno de los tiburones desembarcados. Esto quiere decir que, aproximadamente al 66% de todos los tiburones capturados se les cercenarían las aletas y luego serían tirados por la borda.

El Informe de Rosa Miguélez se debatirá y votará en el Comité de Pesca del PE el próximo lunes y en el Pleno del Parlamento en octubre de este mismo año. A Oceana le preocupa que el PE pueda aceptar la propuesta de aumentar este ratio entre el peso de las aletas y el peso corporal y además, recomiende a la Comisión Europea que haga lo mismo.

EXIGENCIAS Y RECOMENDACIONES

Oceana exige en este sentido a la Unión Europea que "refuerce los reglamentos europeos para la gestión de la pesca del tiburón y que subsane los agujeros legales más importantes dentro del reglamento de cercenamiento de las aletas de los tiburones, para garantizar así que la prohibición se cumpla de manera adecuada y se garantice la futura sostenibilidad de las poblaciones de tiburones".

También recomienda modificar el reglamento para aplicar el ratio al peso eviscerado del tiburón, y no al peso total. Además, los cuerpos y sus correspondientes aletas "deberían transbordarse simultáneamente y ser desembarcadas a la vez en el mismo puerto, y aprobarse controles adicionales sobre las capturas, informes y mantenimiento del registro de capturas realizadas".

"Además de reducir la excesiva mortalidad de tiburones, estos controles también mejorarían la calidad de los datos sobre las distintas especies de tiburones capturadas, facilitando así los estudios científicos y permitiendo recopilar información crítica para conocer el estado de las poblaciones de tiburones existentes", concluye por su parte el director de Investigación de Oceana en Europa, Ricardo Aguilar.